We need to talk [Iván 'Ruskie' Braginski - Alfred 'Freedom' Jones]

No era broma cuando le dijo a su padre que iría a la Casa Blanca, a hospedarse por un tiempo. Lo necesitaba, mantener su cabeza ocupada y lejos de otras cosas. Cuando decidió volver a casa, se sentía un poco mejor. No exactamente hiper alegre, pero tampoco emocionalmente dependiente de alguien. Era él mismo, capaz de mantenerse en pie por su cuenta y ser la fuerte nación que todo el mundo conocía.

Cuando volvió a su casa, sin embargo, se encontró con aquella sorpresa que le había dejado Iván. Aquella persona de quien había evitado pensar...había entrado de alguna forma en su casa y le había dejado esas flores de azúcar. Su primer pensamiento fue "tengo que cambiar las cerraduras", pero de inmediato notó el mensaje y todos esos sentimientos de pesar de los que había querido prescindir volvieron como en un torbellino. El siguiente paso era natural. Quería cerrar ese capítulo de su vida, para bien o para mal.

Tenía que hablar seriamente con Iván. Llegó a su casa y tocó la puerta, arreglando la bufanda en su cuello y metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta para protegerse un poco del frío.

Quiere hablar con él, es lo que ha esperado mucho tiempo. Pero los días pasaban, demasiado lentos y crueles para él. Empezaba a ya dejar la idea de que quizá nunca volvería, que se había cansado de él verdaderamente y no estaría dispuesto a volver. No, no podía pensar en eso pero por más que lo quisiera no dejaba de creer en las malas posibilidades que llegaban a su cabeza, miles de ideas, pensamientos malos y dolorosos que solo se encargaban de que su pecho doliera de manera que se derrumbara en la mañana y no saliera de la habitación en todo el día.

En cuanto la ultima semana había pasado lo ultimo que tenía en la mente era pensar. Actuaba de manera automática, puramente con el instinto. Satisfacer su hambre, las demás necesidades, el encargarse de su trabajo y el papeleo común y corriente. Si apagaba su mente un momento, ¿volvería a ser como antes?

Termino su papeleo, miro el teléfono un minuto. No dio señales de alguna llamada importante. Suspiro pesadamente, y cada vez que lo hacía un pedazo de su alma se escapaba cautelosa, casi dejándolo al borde del vació total. Con la pesadez más grande en sus pies, se arrastro literalmente hasta el sillón donde se dejo caer como un viejo saco, mirando el techo un largo momento antes de cerrar los ojos.

La puerta, estaban tocando la puerta, pero sus ganas de recibir a alguien no eran buenas.

No le atendía... el bastardo había hecho que viniera desde América hasta fucking Rusia para dejarlo parado frente a su puerta al vicio. Su ya muy volátil humor estaba a punto de estallar y hacerle volar la puerta de una patada.

No era para estar bromeando, estaba.. estaba realmente tratando de decidir su futuro con el ruso. No pensaba irse de ese condenado país hasta no haber tomado una decisión. Él e Iván, sin nadie de por medio (y eso incluía a chinas metidas). Y DAMN RIGHT iba a cumplir su cometido, así que se puso a tocar la puerta con más empeño, haciendo que se sacudiera cada vez que su puño colisionaba con la madera.

—I KNOW YOU ARE THERE, BASTARD. OPEN THE FUCKING DOOR. IT´S FREEZING —exclamó en su conocida voz, aunque por ese instante el frío no le molestaba tanto como el hecho de que no le abriera ¿sabía acaso que era él? ¡Quizá las flores hayan sido un señuelo, para hacer ir y quedar como el idiota! ¡QUIZÁ SE ESTABA RIENDO DE ÉL EN ESE MISMO MOMENTO POR PARECER TAN DESESPERADO! Detuvo su golpeteo incesante y se quedó mirando la puerta en shock— ...... YOU SON OF A BITCH-! LO TENÍAS TODO PLANEADO, RIGHT?! WELL, IT´S NOT FUCKING FUNNY! I AM NOT LEAVING THIS PLACE 'TILL YOU OPEN THE GODDAMN DOOR-!

Él solo quería que la persona que tocaba su puerta, fuera quien fuera en ese momento. Estaba con el humor por los suelos desde hace tiempo y había decidido encerrarse en si mismo para que nadie le viera en ese estado. Eso incluía a Alfred.

Por eso mismo gruño cuando empezaron a tocar la puerta con más empeño y fuerza. Se termino de levantar con una cara que no era de felicidad precisamente hasta llegar enfrente de ella y escuchar los gritos histéricos de alguien demasiado conocido en esos momentos. ¿Alfred? Se le fue la respiración mirando la puerta que en cualquier momento caería hasta que esos golpes pararon y solo se escucho él.

Giro el pestillo de la puerta y le abrió un poco, dejándose ver. Más pálido de lo usual por lo poco que había salido y ya empezaban a verse las ojeras por trabajar hasta tarde y enfocarse en otras cosas - ...¿Qué quieres Amerika?, ¿Volverme a decir lo poco que te valoro y gritarme hasta que te sientas mejor contigo mismo? Porque no estoy de humor para eso, durak - hablo con una re-sequedad en la voz, sin apartarle la mirada en ningún momento pero era diferente por que no lo miraba a él exactamente.