En las ruinas del templo de Hera [Serakh Khazar Tarkhan//Pandora Karpusi]

Serakh Khazar'Khaganate Tarkhan

Kiev, Samosdelka, Moscú. Y ahora Olimpia. Se encontraba en el templo a Zeus, observando los trozos de roca que alguna vez fueron grandes columnas. Se sentó durante un momento en la construcción rota, y luego se levantó a buscar a la mujer. Sabía que estaba por allí, Rus la había visto y se lo había comentado. Ahora sólo tenía que encontrarla.

Seguro estaría durmiendo en alguna parte por allí.

Pandora Ancient Greece Karpusi

Había un grupo de arboles en la colina cercana a las ruinas del templo de Hera, su primer hogar, donde le gustaba pasar el tiempo poniéndose al día con los filósofos, la historia y los desarrollos. Los turistas paseaban entre las ruinas entrando a lugares que ella recordaba solo se le eran permitidos a las sacerdotisas, sin el menor respeto, sacando fotos o mirando al guía con aburrimiento. Ella también lo haría, después de todo, estaba explicando su vida con la misma emoción con la que relataría la carrera de un caracol. Dos mil años atrás, hubiera estado sentada en ese mismo lugar, viendo la gente de todas partes de Grecia acudiendo a ver a su diosa. Si cerraba los ojos y respiraba profundamente podía olvidarse del libro que tenía en sus manos y volver a aquel momento.

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Estuvo un buen rato de aquí para allá para encontrarla, revisando los distintos templos. Al final resultó que estaba en la estúpida colina y que no la veía por los árboles (?). La gente las ignoraba a ambas, es decir, eran dos mujeres que parecían normales... Si supieran, tal vez estarían más interesados.

En todo caso, la mujer estaba sentada allí, con un libro y los ojos cerrados. No era del todo raro que hiciera eso, aunque era sólo cuando se encontraba en confianza, o sola. Se acercó en silencio, bastante más en silencio que los turistas que pululaban por el templo de Hera, y se paró frente a ella.

-¿Estas soñando despierta de nuevo, Pandora?-

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Suspiró pesadamente cerrando el libro de un golpe. Su encanto se había roto cuando la otra mujer la interrumpió con su pregunta.

"Quizás estaba esperándote" Respondió enigmáticamente abriendo los ojos, con su calmada voz que no dejaba de tener un poco de gracia en ella, la misma que hubiera usado para cualquiera que la fuera a buscar allí en sus tiempos como representante de Grecia y Olympia. Sonrió visiblemente, mirándola con alegre curiosidad, sus ojos verde oliva grandes y fijos en ella, como si fuera una niña "Ha pasado tiempo Serakh, ¿Cuanto llevas despierta?"

Realmente no la estaba esperando, había percibido que alguien vendría a buscarla desde el este, pero no estaba segura de quien o cuando.

Serakh Khazar'Khaganate Tarkhan

Gruñó levemente, había esperado sobresaltarla un poco, al menos.

-Es imposible sorprenderte?- Preguntó, sentandose frente a ella en el suelo y mirándola hacia arriba con una sonrisa contagiada de la de Pandora. Ya no estaba tan deprimida como al principio, se sentía más optimista. Bueno, así realmente era su personalidad.

-Unos tres meses ya. Ha pasado tiempo, ¿no?- Dicho sea de paso, Serakh estaba vestida con ropa de la época, de un estilo muy simplista, pero era ropa de mujer. En otras palabras, ya no se disfrazaba.

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‎"Un poco menos que yo" musitó cerrando sus ojos por un momento abandonando la actitud casi infantil en su curiosidad a medias.

Por supuesto que la había sorprendido, pero la había encontrado meditando, por lo que le había dado tiempo para calmarse. Ademas, lo importante era lo que sus enemigos creyeran, no lo que hiciera y Serakh ademas de haber sido su enemiga era madre de quien había acabado con su larga vida.

"Es extraño verte vestida de mujer..." Notó ladeando la cabeza estudiándola con detenimiento, pero creía que era normal, la ropa que usaban las mujeres actualmente eran mucho más similares a las de los hombres. Contrastaba bastante con el solero celeste y azul que estaba usando, tan similar a la ropa que estaría usando dos mil años atrás. "¿Rhos te dijo donde encontrarme? ¿Como se encuentra? "

Serakh Khazar'Khaganate Tarkhan

Miró su ropa por un momento al escucharla decir eso. Es verdad, aunque incluso le resultaba extraño que esos pantalones fueran ropa de mujer -al margen de lo cómodos y suaves que eran-.

-Me vestía de hombre por simple utilitarismo, no por que me moleste ser mujer o algo por el estilo. Tu sigues usando el mismo tipo de ropa, de todas maneras.- comentó como al pasar. "No haz cambiado nada", era lo que podría interpretarse.

-Él me contó dónde estabas, pero se quedó en Rusia. Ya sabes, le afecta el calor. Y esta bien, supongo. Deberías haber visto su cara cuando me vio... ¿por primera vez de nuevo?- Frunció el ceño, resultaba extraño expresar las cosas de esa manera.

-Puso una cara que pensé que se iba a desmayar...-