Conectarse
Últimos temas
Pedidos de la pimp(?)
Jue Feb 02, 2012 8:56 pm por Johan Liebheart
Bueno, vengo a pedir un par de cositas(?). No, nada porno por ahora, sientanse libres de pasarse de …
Comentarios: 3
¿Quién está en línea?
En total hay 1 usuario en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 1 Invitado Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 86 durante el Miér Oct 30, 2024 12:21 am
[Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
2 participantes
Página 1 de 1.
[Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
"Ha...Usted ha tenido un padre muy sabio" respondió después de unos instantes de silencio. Su voz temblaba ligeramente prueba de lo confundida que se encontraba. Aun podía sentir sus manos rozar su frente y su barbilla, con ese tacto gélido y delicado, que le erizaba la piel.
Oh, por supuesto que no era la primera vez que la besaban -¿Se le podía llamar a eso un beso?- Y por supuesto que podría haberse inclinado tranquilamente hacía delante y demostrarle la forma en la que se hacía en su casa. Sin embargo, la mirada del ruso le había impedido moverse. ¿Había interpretado mal acaso? ¿No estaban jugando? Eran palabras muy bonitas como para tratarse de alguna elaborada linea para que bajara sus defensas.
Tomo con una de sus manos su frente, agachando la cabeza, No tanto por lo terrible que se estaba sintiendo -el estomago literalmente se le había dado vuelta y podía sentir sus mejillas arder furiosamente detrás del maquillaje- si no porque necesitaba una escusa para irse rápidamente de la presencia de su contraparte. Quería tomar un baño, relajarse y dormir, poner su cabeza en frió, porque definitivamente la bebida endemoniada aquella aun le afectaba. Aliénor era incapaz de entender que todo ese malestar se debiera solo a la simple acción que Ivan había realizado.
Oh, por supuesto que no era la primera vez que la besaban -¿Se le podía llamar a eso un beso?- Y por supuesto que podría haberse inclinado tranquilamente hacía delante y demostrarle la forma en la que se hacía en su casa. Sin embargo, la mirada del ruso le había impedido moverse. ¿Había interpretado mal acaso? ¿No estaban jugando? Eran palabras muy bonitas como para tratarse de alguna elaborada linea para que bajara sus defensas.
Tomo con una de sus manos su frente, agachando la cabeza, No tanto por lo terrible que se estaba sintiendo -el estomago literalmente se le había dado vuelta y podía sentir sus mejillas arder furiosamente detrás del maquillaje- si no porque necesitaba una escusa para irse rápidamente de la presencia de su contraparte. Quería tomar un baño, relajarse y dormir, poner su cabeza en frió, porque definitivamente la bebida endemoniada aquella aun le afectaba. Aliénor era incapaz de entender que todo ese malestar se debiera solo a la simple acción que Ivan había realizado.
Última edición por Aliénor Bonnefoy el Sáb Ene 21, 2012 12:45 am, editado 1 vez
Aliénor Bonnefoy- Mensajes : 25
Localización : París, Francia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Notó lo... descompuesta que se sintió la mujer luego de aquel simple roce, y se puso bastante incómodo. No era la primera vez que alguien se ponía en aquel estado por un simple roce suyo. Lituania durante mucho tiempo había estado así... Y mucha otra gente que solo pensarlo le hacia sentir solo. Mejor... mejor la llevaba adentro
"Déjeme acompañarle adentro, mademoiselle...." su tono se notaba muchísimo menos seguro y algo mas tembloroso al decirle eso "Disculpe si... fue demasiado mi atrevimiento" tragó en seco y le pasó un brazo por los hombros, y con el otro le sostenía la mano "Por favor, acompáñeme..." trató de coaccionarla a que caminase, sosteniéndola por que la notaba demasiado afectada para su gusto, mientras caminaban hacia dentro, al palacio, y ni bien logro entrar, con un grito autoritario, los guardias fueron a buscar a gente de la comitiva francesa
"S'il vous plaît, faites-lui reste, elle ne se sent pas bien" comentó, mientras le pasba la mano de la mujer a uno de su comitiva "excusons pour moi quand elle se sent mieux..." dicho eso, hizo una reverencia, dirigiéndole una última mirada a la mujer, por sobre el hombro, casi triste, antes de excusarse con el tzar e irse a sus aposentos
"Déjeme acompañarle adentro, mademoiselle...." su tono se notaba muchísimo menos seguro y algo mas tembloroso al decirle eso "Disculpe si... fue demasiado mi atrevimiento" tragó en seco y le pasó un brazo por los hombros, y con el otro le sostenía la mano "Por favor, acompáñeme..." trató de coaccionarla a que caminase, sosteniéndola por que la notaba demasiado afectada para su gusto, mientras caminaban hacia dentro, al palacio, y ni bien logro entrar, con un grito autoritario, los guardias fueron a buscar a gente de la comitiva francesa
"S'il vous plaît, faites-lui reste, elle ne se sent pas bien" comentó, mientras le pasba la mano de la mujer a uno de su comitiva "excusons pour moi quand elle se sent mieux..." dicho eso, hizo una reverencia, dirigiéndole una última mirada a la mujer, por sobre el hombro, casi triste, antes de excusarse con el tzar e irse a sus aposentos
Ivan Imperial Braginsky- Mensajes : 8
Localización : Sankt Petersburg, Rusia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Aliénor no tardo en encontrarse en la habitación que le habían preparado para ella, dentro de la cama, despojada de su maquillaje y con un simple camisón. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada fija hacía adelante, ignorando a los curiosos miembros de su comitiva que se habían infiltrado allí, y a la sarta de estupideses que estaban diciendo sobre ella en su presencia. A eso se le debía agregar que su secretario no dejaba de brindarle excesivos cuidados, y parecía haber adquirido la insoportable habilidad de una mosca de rondar continuamente alrededor de su cama. Lo único que necesitaba era estar sola, no podía pensar con tantas personas allí.
"Diles que se retiren" Fue la clara orden de la francesa hacia su secretario tomándole la corbatín con fuerza. Al parecer el rostro de Aliénor había sido suficientemente aterrador como para que no solo echara a los demás hombres, si no que él mismo se había retirado, asegurándose de apagar todas las luces de la habitación antes.
Ni bien estuvo sola tomó una de las mullidas almohadas y tapo su rostro con ella. ¿Que había hecho? Seguro que si su conducta durante ese día llegaba a los oídos de Luis este enloquecería. Sin embargo, podía estar tranquila que cualquier cosa que hubiera pasado con su contraparte a solas, nunca llegaría a sus oídos, y eso la tranquilizaba.
Pasó toda la noche repasando cada una de las acciones que había hecho el día anterior, de vez en cuando -más de las que ella quería- la expresión del ruso volvía a su cabeza haciéndola sentir peor. En algún momento de la madrugada se había levantado con la intención de ir a hablar con él, en persona, a su dormitorio, la idea fue rechazada rotundamente por su razón. Principalmente porque no tenía idea de cuan vulnerable ella estaba, y segunda porque realmente no tenía idea de donde estaba la habitación. En cambio terminó decidiendo escribirle una nota, explicándole las razones de su malestar, obviamente echándole la culpa al vodka y al viaje, y asegurandole que ansiaba retomar las lecciones, por más mínimas que fueran de su idioma o que estaría enormemente agradecida si la instruía en su cultura.
A la mañana siguiente le dio la carta a su secretario para que se la hiciera llegar a su contraparte. De alguna forma lo había convencido a su secretario de suspender su agenda ese día y de dejarle la llave de la habitación para que nadie entrara sin su permiso. ni él mismo. Necesitaba un tiempo a solas. Necesitaba pensar bien que era lo siguiente que haría.
"Diles que se retiren" Fue la clara orden de la francesa hacia su secretario tomándole la corbatín con fuerza. Al parecer el rostro de Aliénor había sido suficientemente aterrador como para que no solo echara a los demás hombres, si no que él mismo se había retirado, asegurándose de apagar todas las luces de la habitación antes.
Ni bien estuvo sola tomó una de las mullidas almohadas y tapo su rostro con ella. ¿Que había hecho? Seguro que si su conducta durante ese día llegaba a los oídos de Luis este enloquecería. Sin embargo, podía estar tranquila que cualquier cosa que hubiera pasado con su contraparte a solas, nunca llegaría a sus oídos, y eso la tranquilizaba.
Pasó toda la noche repasando cada una de las acciones que había hecho el día anterior, de vez en cuando -más de las que ella quería- la expresión del ruso volvía a su cabeza haciéndola sentir peor. En algún momento de la madrugada se había levantado con la intención de ir a hablar con él, en persona, a su dormitorio, la idea fue rechazada rotundamente por su razón. Principalmente porque no tenía idea de cuan vulnerable ella estaba, y segunda porque realmente no tenía idea de donde estaba la habitación. En cambio terminó decidiendo escribirle una nota, explicándole las razones de su malestar, obviamente echándole la culpa al vodka y al viaje, y asegurandole que ansiaba retomar las lecciones, por más mínimas que fueran de su idioma o que estaría enormemente agradecida si la instruía en su cultura.
A la mañana siguiente le dio la carta a su secretario para que se la hiciera llegar a su contraparte. De alguna forma lo había convencido a su secretario de suspender su agenda ese día y de dejarle la llave de la habitación para que nadie entrara sin su permiso. ni él mismo. Necesitaba un tiempo a solas. Necesitaba pensar bien que era lo siguiente que haría.
Aliénor Bonnefoy- Mensajes : 25
Localización : París, Francia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Ni bien la mujer fue llevada, seguramente, a sus aposentos a descansar o ser atendida or la caravana de gente preocupada francesa, suspiró, rozándose los labios con la punta de los dedos. ¿Qué le había llevado a cometer un acto tan atrevido como aquel? Él no era así, en lo absoluto. Jamas había sido una persona con mucha afinidad por el contacto, al menos no luego de aquellos años bajo el yugo mongol que le habian hecho reacio a que alguien le tocase. Automáticamente se llevó las manos al cuello, tocando las rofundas y horribles cicatrices que él aun pensaba frescas, que le marcarían por siempre, tanto física como mentalmente.
Fue llamado a uno de los cuartos del tsar, luego de un rato, y se preparó mentalmente para la horda de reproches que seguramengte habría de recibir. Extrañamente, solo recibió auna mirada extraña por parte del tsar, y la típica pregunta de cual era su version de os hechos. Obviamente mintió, diciendo que 'Mademoiselle Bonnefoy' habia estado sintiéndose algo afectada desde antes, y que al parecer el frío solo lo empeoró, peor que él no había tenido nada que ver. Su gobernante le lanzó una mirada incrédula, pero no le dijo más nada, solo que tuviera cuidado, que las relaciones con Francia era algo importante para Rusia, y que debía de tratar de no ofender a la representación contraria
Iván asintió y se retiro con presteza del recinto, yéndose a grandes zancadas hacia su cuarto, del otro lado del palacio. Entró y se encerró allí, tirándose a la cama con ropa y todo, no preocupado por el hecho de que sus prendas tan caras podrían arrugarse. Tenía demasiadas cosas en su mente en aquellos momentos. Pero lo que más le preocupaba era que la francesa no quisiera hablarle de nuevo por su atrevimiento. Rusia no era un país con demasiados amigos, desde sus principios no lo había sido, y no quería echar a perder una oportunidad tan grande como esa. Además que la mujer era una excelente compañía, y sería na lástima....
"Oh bozhe..." suspiró, molesto, poniéndose de pie y desabrochándose el abrigo y la camisa, ya que le estaban siendo incómodos y demasiado pesados para dorir, por lo que los dejo colgados en un perchero que estaba de pie al lado de la cerrada con llave uerta. Lo mismo hizo con los pantalones, y dejo las medias junto a los zapatos junto a su cama, y se recosto mas tarde en la cama, cerrando las cortinas de seda que la rodeaban, quedando asi, mirando el techo de la misma, pensando
Recordando aquel pasado tan amargo, lleno de guerras y muertes. La que más le había afectado había sido la de su padre. Aquel hombre tan alto, salió y amoroso, que había dado la vida por ellos, enfrentándose con los mongoles hasta los últimos momentos, y aun recordaba la mirada que le había dedicado desde el suelo, con una espada clavada en su pecho, y la sonrisa triste junto a un 'Prosti menya' que había susurrado antes de exhalar un último suspiro y cerrar sus ojos para siempre.
Frunció el ceño, tratando de recordar épocas mejores. Cuando su nombre era Stáraya Ládoga, o Novgorod, cuando era una pequeña ciudad tranquila y estaba todo el tiempo en los brazos de su 'madre'. Del cual no tenía casi recuerdos, solo unos ojos azules, una sonrisa confiada y un largo cabello rubio oscuro. Su padre jamás le mencionaba, por lo que no sabía siquiera su nombre.
Su vida siempre había sido eso. Le eran dadas personas maravillosas y por idioteces las perdía. No quería que la francesa fuera parte de ello, por lo que, antes de dejarse llevar por morfeo, su último pensamiento fue que a primera hora, intentaría disculparse
Fue llamado a uno de los cuartos del tsar, luego de un rato, y se preparó mentalmente para la horda de reproches que seguramengte habría de recibir. Extrañamente, solo recibió auna mirada extraña por parte del tsar, y la típica pregunta de cual era su version de os hechos. Obviamente mintió, diciendo que 'Mademoiselle Bonnefoy' habia estado sintiéndose algo afectada desde antes, y que al parecer el frío solo lo empeoró, peor que él no había tenido nada que ver. Su gobernante le lanzó una mirada incrédula, pero no le dijo más nada, solo que tuviera cuidado, que las relaciones con Francia era algo importante para Rusia, y que debía de tratar de no ofender a la representación contraria
Iván asintió y se retiro con presteza del recinto, yéndose a grandes zancadas hacia su cuarto, del otro lado del palacio. Entró y se encerró allí, tirándose a la cama con ropa y todo, no preocupado por el hecho de que sus prendas tan caras podrían arrugarse. Tenía demasiadas cosas en su mente en aquellos momentos. Pero lo que más le preocupaba era que la francesa no quisiera hablarle de nuevo por su atrevimiento. Rusia no era un país con demasiados amigos, desde sus principios no lo había sido, y no quería echar a perder una oportunidad tan grande como esa. Además que la mujer era una excelente compañía, y sería na lástima....
"Oh bozhe..." suspiró, molesto, poniéndose de pie y desabrochándose el abrigo y la camisa, ya que le estaban siendo incómodos y demasiado pesados para dorir, por lo que los dejo colgados en un perchero que estaba de pie al lado de la cerrada con llave uerta. Lo mismo hizo con los pantalones, y dejo las medias junto a los zapatos junto a su cama, y se recosto mas tarde en la cama, cerrando las cortinas de seda que la rodeaban, quedando asi, mirando el techo de la misma, pensando
Recordando aquel pasado tan amargo, lleno de guerras y muertes. La que más le había afectado había sido la de su padre. Aquel hombre tan alto, salió y amoroso, que había dado la vida por ellos, enfrentándose con los mongoles hasta los últimos momentos, y aun recordaba la mirada que le había dedicado desde el suelo, con una espada clavada en su pecho, y la sonrisa triste junto a un 'Prosti menya' que había susurrado antes de exhalar un último suspiro y cerrar sus ojos para siempre.
Frunció el ceño, tratando de recordar épocas mejores. Cuando su nombre era Stáraya Ládoga, o Novgorod, cuando era una pequeña ciudad tranquila y estaba todo el tiempo en los brazos de su 'madre'. Del cual no tenía casi recuerdos, solo unos ojos azules, una sonrisa confiada y un largo cabello rubio oscuro. Su padre jamás le mencionaba, por lo que no sabía siquiera su nombre.
Su vida siempre había sido eso. Le eran dadas personas maravillosas y por idioteces las perdía. No quería que la francesa fuera parte de ello, por lo que, antes de dejarse llevar por morfeo, su último pensamiento fue que a primera hora, intentaría disculparse
Ivan Imperial Braginsky- Mensajes : 8
Localización : Sankt Petersburg, Rusia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Había permanecido casi tres horas en el cuarto de baño metida dentro de la bañera con agua tibia, que se había enfriado más de una vez, hasta que sintió su cabeza lo suficientemente clara como para pensar. Estaba convencida que solo había sido algo del momento, que las mismas palabras dichas por cualquier otro hombre - sea una nación o no- hubieran causado el mismo efecto, que en realidad no eran ellas, si no la perfección del habiente que los rodeaba el culpable. Se sintió tan placentera con la respuesta a la que había llegado, que estuvo a punto de decirle a su secretario que se reuniría a cenar con ellos esa noche. Sin embargo... ¿Cuando había sido la ultima vez que había podido pasar todo él día de esta forma? Sin chusmeríos persiguiéndola, sin pretenciosas charlas y sin tener que vestirse o arreglarse más de lo necesario. De hecho, no lo recordaba. Era extraño sentirse tan cómoda en un lugar tan ajeno, pero así era.
Pasó largo rato de la tarde escribiendo cartas a sus contrapartes española y prusianas, ademas de a su hermano y a Luis. La carta para este ultimo se torno la más difícil de escribir. Debió obviar lo sucedido en el jardín, pero asegurarse de dar una buena explicación que la salvara del interrogatorio al volver - porque ya sabía que su secretario daría el parte a su Rey lo antes posible. Sin embargo, recordó pedirle un maestro en lengua rusa para enseñarle, haciendo incapie en cuanto mejor sería la relación de contar con un mínimo conocimiento en esta.
Solamente abrió la puerta de su habitación para entregarle las cartas al pobre hombre al que había tenido que escuchar despachando a varios miembros de la comitiva que querían saber de su estado. Y por todos los santos, esperaba que solo fuera eso, aunque conociéndolos sabía que no era eso solamente. Evidentemente algo no estaba tan bien como ella hubiera querido, porque el tiempo restante hasta la cena se lo pasó acomodando sus trajes, por colores, telas, adornos, gustos... Pero solo lo tomo como un recurso desesperado contra el aburrimiento.
La mañana siguiente se despertó mucho antes que su secretario entrara a molestarla, al punto que ya estaba con su vestido celeste cielo, peinada, maquillada y lista para volver a la acción. Lista para enfrentarse al ruso.
"¿Que hay en la agenda de este día?" preguntó colgando una simple cruz alrededor de su cuello, apartando la vista del espejo y dirigiéndose hacía la puerta y saliendo de la habitación como si se encontrara plenamente en Versalles y supiera donde debían ir a desayunar. Su secretario tuvo que corregirla varias veces mientras avanzaban hacía allí. En cualquier otro momento se habría ofendido, pero ahora eso no importaba, ella solo quería una cosa.
Aliénor estaba segura que ese palpitar constante de su corazón era de entusiasmo por demostrarse que el otro pais no la afectaba. Estaba entusiasmada, muy entusiasmada y confiada que todo estaría bien, que no volvería a suceder lo mismo que la otra vez, porque no le permitiría confundirla de esa forma. Ella era Francia y por Dios que no volvería a caer en los juegos y trampas de otro país. Ellos eran los que debían caer en sus juegos, nunca a la inversa.
Pasó largo rato de la tarde escribiendo cartas a sus contrapartes española y prusianas, ademas de a su hermano y a Luis. La carta para este ultimo se torno la más difícil de escribir. Debió obviar lo sucedido en el jardín, pero asegurarse de dar una buena explicación que la salvara del interrogatorio al volver - porque ya sabía que su secretario daría el parte a su Rey lo antes posible. Sin embargo, recordó pedirle un maestro en lengua rusa para enseñarle, haciendo incapie en cuanto mejor sería la relación de contar con un mínimo conocimiento en esta.
Solamente abrió la puerta de su habitación para entregarle las cartas al pobre hombre al que había tenido que escuchar despachando a varios miembros de la comitiva que querían saber de su estado. Y por todos los santos, esperaba que solo fuera eso, aunque conociéndolos sabía que no era eso solamente. Evidentemente algo no estaba tan bien como ella hubiera querido, porque el tiempo restante hasta la cena se lo pasó acomodando sus trajes, por colores, telas, adornos, gustos... Pero solo lo tomo como un recurso desesperado contra el aburrimiento.
La mañana siguiente se despertó mucho antes que su secretario entrara a molestarla, al punto que ya estaba con su vestido celeste cielo, peinada, maquillada y lista para volver a la acción. Lista para enfrentarse al ruso.
"¿Que hay en la agenda de este día?" preguntó colgando una simple cruz alrededor de su cuello, apartando la vista del espejo y dirigiéndose hacía la puerta y saliendo de la habitación como si se encontrara plenamente en Versalles y supiera donde debían ir a desayunar. Su secretario tuvo que corregirla varias veces mientras avanzaban hacía allí. En cualquier otro momento se habría ofendido, pero ahora eso no importaba, ella solo quería una cosa.
Aliénor estaba segura que ese palpitar constante de su corazón era de entusiasmo por demostrarse que el otro pais no la afectaba. Estaba entusiasmada, muy entusiasmada y confiada que todo estaría bien, que no volvería a suceder lo mismo que la otra vez, porque no le permitiría confundirla de esa forma. Ella era Francia y por Dios que no volvería a caer en los juegos y trampas de otro país. Ellos eran los que debían caer en sus juegos, nunca a la inversa.
Aliénor Bonnefoy- Mensajes : 25
Localización : París, Francia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
A la mañana, se despertó ante el primer rayo del sol que se coló por su ventana en el palacio de invierno. Debido al frío, suponía que, para que el sol le diera de aquella manera, debería de ser tarde. ero no le importaba del todo, estaba intentando retrasar aquel encuentro obligado con la mujer que le producía pensamientos y sensaciones tan contradictorias que sinceramente no sabia si acercarse o salir corriendo. O acercarse y decapitar con el sable que llevaba en sus vestiduras cuando iba formal a otras personas por simplemente mirarla.
Es que, entendía, uno no podía apartar la vista de semejante belleza radiante, en todo su esplendor, joyas, vestidos, pero a ivan simplemente le encantaban sus ojos. Eran extrañamente parecidos a los suyos propios, y no conocía a casi nadie que los tuviera así. Quizás podía identificarse con ella de alguna manera, y además, veía demasiado claro las emociones de Aliénor en las orbes violáceas. Podría decirle halagos y dulces mentiras de la boca para afuera pero en sus ojos, si se prestaba atención, estaban claramente plasmados sus pensamientos. Y esa facilidad de lectura, de saber cuando le mentía, la hacia mas como un libro abierto para el. No era que le gustasen las cosas fáciles, pero queria una persona a la que pudiera entender aunque fuera de una forma como aquella
Suspiró, poniéndose de pie, yendo al baño conectado con su cuarto, llenando la tina con agua fría. El frío para el no era problema alguno, siendo el 'hijo del general invierno', y además necesitaba aclararse la cabeza. Luego de un rato, salió, secándose pensando en otra cosa, ausentemente, y sin preocuparse, ya que la puerta estaba cerrada, dejo caer la toalla al piso y volvo a su cuarto a vestirse, no tenia ningún apuro en hacerlo. Pesadas y abrigadas camisas y abrigos le cubrían, medallas, adornos y el clásico sable que debía de vestir mientras la caravana de Francia estuviera allí. Aunque ese día se había dado el gusto e ponerse, debajo de toda aquella ostentosa ropa, de ponerse sus ropas tradicionales
Inhaló lentamente, soltando un último suspiro algo nervioso, antes de sacar lave a la puerta y salir de su cuarto, yendo hacia el salón principal, donde las miradas de todos se posaron en el cuando bajaba la escalera.
Sus fríos ojos violetas escanearon la sala hasta encontrar la esbelta figura de la francesa, y sonrió, aunque se le notaba claramente nervioso por la forma en la que parecía titubear de ir hacia donde ella estaba, pero se armo de valor para hacerlo, tomando la mano de la mujer e inclinándose, a besarla "Dobroe Utro, Gospodina Bonnefoy" esa frase le hizo ganar una mirada furibunda de su propia comitiva, pero no le importó en lo absoluto "Como ha dormido anoche?espero se sienta mejor y..." puso una mueca de disgusto por un momento y luego continuó "Espero me disculpe si mi actitud no fue de su agrado, pero... pero... hm..." bufó y luego prosiguió "pero no me arrepiento de nada de lo que dije, mademoiselle"
Es que, entendía, uno no podía apartar la vista de semejante belleza radiante, en todo su esplendor, joyas, vestidos, pero a ivan simplemente le encantaban sus ojos. Eran extrañamente parecidos a los suyos propios, y no conocía a casi nadie que los tuviera así. Quizás podía identificarse con ella de alguna manera, y además, veía demasiado claro las emociones de Aliénor en las orbes violáceas. Podría decirle halagos y dulces mentiras de la boca para afuera pero en sus ojos, si se prestaba atención, estaban claramente plasmados sus pensamientos. Y esa facilidad de lectura, de saber cuando le mentía, la hacia mas como un libro abierto para el. No era que le gustasen las cosas fáciles, pero queria una persona a la que pudiera entender aunque fuera de una forma como aquella
Suspiró, poniéndose de pie, yendo al baño conectado con su cuarto, llenando la tina con agua fría. El frío para el no era problema alguno, siendo el 'hijo del general invierno', y además necesitaba aclararse la cabeza. Luego de un rato, salió, secándose pensando en otra cosa, ausentemente, y sin preocuparse, ya que la puerta estaba cerrada, dejo caer la toalla al piso y volvo a su cuarto a vestirse, no tenia ningún apuro en hacerlo. Pesadas y abrigadas camisas y abrigos le cubrían, medallas, adornos y el clásico sable que debía de vestir mientras la caravana de Francia estuviera allí. Aunque ese día se había dado el gusto e ponerse, debajo de toda aquella ostentosa ropa, de ponerse sus ropas tradicionales
Inhaló lentamente, soltando un último suspiro algo nervioso, antes de sacar lave a la puerta y salir de su cuarto, yendo hacia el salón principal, donde las miradas de todos se posaron en el cuando bajaba la escalera.
Sus fríos ojos violetas escanearon la sala hasta encontrar la esbelta figura de la francesa, y sonrió, aunque se le notaba claramente nervioso por la forma en la que parecía titubear de ir hacia donde ella estaba, pero se armo de valor para hacerlo, tomando la mano de la mujer e inclinándose, a besarla "Dobroe Utro, Gospodina Bonnefoy" esa frase le hizo ganar una mirada furibunda de su propia comitiva, pero no le importó en lo absoluto "Como ha dormido anoche?espero se sienta mejor y..." puso una mueca de disgusto por un momento y luego continuó "Espero me disculpe si mi actitud no fue de su agrado, pero... pero... hm..." bufó y luego prosiguió "pero no me arrepiento de nada de lo que dije, mademoiselle"
Ivan Imperial Braginsky- Mensajes : 8
Localización : Sankt Petersburg, Rusia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Supo que había entrado por la forma en que todos se habían callado y mirado al mismo lado, aunque los miembros de su comitiva no parecían tan afectados, en efecto ellos estaban más ocupados en otros temas. Su corazón seguía palpitando terriblemente fuerte de excitación, porque esta vez no la afectaría para nada, estaba terriblemente confiada. Se dio la vuelta hacía él, dedicándole una pequeña reverencia antes de darle su mano, como era debido, sin ninguna muestra más que de cortesía. Río levemente al escucharlo hablar, suponiendo que era alguna especie de saludo en su lengua, al menos había entendido su apellido, aunque las miradas de los anfitriones realmente le dieron una espina de duda al respecto del verdadero significado de ellas. Era Imperativo que aprendiera el condenado idioma.
Mientras él hablaba iba preparando mentalmente sus almidonadas respuestas, para demostrarle que no la había afectado. Sin embargo su cerebro quedó en nulo al escuchar decirle que no se arrepentía. "¿Pardón?" Esto no se lo esperaba ¿De que exactamente no se arrepentía? ¿De haberla besado? No se esperaba eso. No esperaba que él lo comentara, no al menos tan temprano, y menos que lo dijera frente, al menos su secretario. El primer instinto de Aliénor, cuando finalmente salio del shock fue el mirar al hombre, que le devolvía la mirada severamente. Era una útil ventaja que no pudiera ver el ardor de sus mejillas ni escuchar la forma que su corazón estaba golpeando en sus oídos.
"¿Y de que no se debe arrepentir Monsieur Braginsky?" Era evidente que él se estaba tomando alguna venganza al preguntarlo, estaba segura de escuchar cierta malicia en su tono.
"E-Esos son asuntos de Monsieur Braginsky y míos..." Las palabras no salieron en su tono tan agradable con el que acostumbraba a contestar, se notaba lo afectada que aun estaba. Extendió el brazo, ofreciendoselo a su contraparte rusa, aprovechando el impulso para hablarle a él también. "¿Podemos continuar al conversación en otra parte?"
Fue su única escusa y esperó que él entendiera que quería salir de allí lo antes posible, incluso si aun no habían desayunado, necesitaban hablar. Aunque en realidad lo que ella estaba comenzando a necesitar era tomar el primer carruaje a Versalles, porque sabía que estaba por hacer algo totalmente estúpido.
Mientras él hablaba iba preparando mentalmente sus almidonadas respuestas, para demostrarle que no la había afectado. Sin embargo su cerebro quedó en nulo al escuchar decirle que no se arrepentía. "¿Pardón?" Esto no se lo esperaba ¿De que exactamente no se arrepentía? ¿De haberla besado? No se esperaba eso. No esperaba que él lo comentara, no al menos tan temprano, y menos que lo dijera frente, al menos su secretario. El primer instinto de Aliénor, cuando finalmente salio del shock fue el mirar al hombre, que le devolvía la mirada severamente. Era una útil ventaja que no pudiera ver el ardor de sus mejillas ni escuchar la forma que su corazón estaba golpeando en sus oídos.
"¿Y de que no se debe arrepentir Monsieur Braginsky?" Era evidente que él se estaba tomando alguna venganza al preguntarlo, estaba segura de escuchar cierta malicia en su tono.
"E-Esos son asuntos de Monsieur Braginsky y míos..." Las palabras no salieron en su tono tan agradable con el que acostumbraba a contestar, se notaba lo afectada que aun estaba. Extendió el brazo, ofreciendoselo a su contraparte rusa, aprovechando el impulso para hablarle a él también. "¿Podemos continuar al conversación en otra parte?"
Fue su única escusa y esperó que él entendiera que quería salir de allí lo antes posible, incluso si aun no habían desayunado, necesitaban hablar. Aunque en realidad lo que ella estaba comenzando a necesitar era tomar el primer carruaje a Versalles, porque sabía que estaba por hacer algo totalmente estúpido.
Aliénor Bonnefoy- Mensajes : 25
Localización : París, Francia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
"Oui, comme vous le souhaitez, mademoiselle" respondio dirigiéndose a Aliénor, con un tono un poco -bastante- mas nervioso del que siempre usaba. Tomó el brazo de la mujer con delicadeza, y se volteó hacia el hombre de la comitiva francesa, sonriendo de aquella forma que luego sería una marca registrada suya en el futuro, falsa y fría, casi espeluznante "Si vous nous excuser, monsieur, nous irons" asintió antes de empezar a caminar, llevando a la mujer escaleras arriba, a su estudio, que era el lugar donde no le molestarían si quería conversar de algo, gritar, o lo que fuera. No mucha gente solía ir a aquel lugar, del otro lado del palacio, el ala era casi toda suya y de sus invitados y adoraba eso.
Entró junto a la mujer al cuarto y luego puso llave, y se poyó contra la puerta "Ma chere.... Siento haberte puesto incómoda allí abajo, excusez-moi" a pesar de que estaba teniendo casi un ataque de nervios, levantó la vista del piso y la posó en los ojos de la francesa "No se que es lo que quieres que te diga. Todo lo que te dije ayer es verdad, y yo creo que eso ya lo sabes o lo has intuido, oui?" oh dios, no era de beber mas de lo necesario pero estaba pensando que su bodega llena de vino y vodka se veía como un lugar perfecto para estar en esos momentos "I. .. ne sais pas. Je ne sais pas comment, ou quand ... Mais je pense que je vous aime beaucoup"
Entró junto a la mujer al cuarto y luego puso llave, y se poyó contra la puerta "Ma chere.... Siento haberte puesto incómoda allí abajo, excusez-moi" a pesar de que estaba teniendo casi un ataque de nervios, levantó la vista del piso y la posó en los ojos de la francesa "No se que es lo que quieres que te diga. Todo lo que te dije ayer es verdad, y yo creo que eso ya lo sabes o lo has intuido, oui?" oh dios, no era de beber mas de lo necesario pero estaba pensando que su bodega llena de vino y vodka se veía como un lugar perfecto para estar en esos momentos "I. .. ne sais pas. Je ne sais pas comment, ou quand ... Mais je pense que je vous aime beaucoup"
Ivan Imperial Braginsky- Mensajes : 8
Localización : Sankt Petersburg, Rusia
Re: [Printemps à Saint-Pétersbourg][Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
Su respiración se agitó un poco al notar que repetían el mismo camino al estudio personal del ruso. Hubiera preferido que la llevara a cualquier otra parte, donde sea, incluso los establos. Entró quedándose cerca del centro de la habitación, sintiéndose atrapada y dándose vuelta hacía él al escuchar la llave. Definitivamente había hecho algo estúpido. Debería haber... Si definitivamente no debería haber contestado nada. Pero simplemente no pudo.
Se obligó a mantener la vista en él, parada lo más recta y relajada posible, sinceramente hubiera preferido estar de espaldas, lo habría hecho más fácil para ella. Los latidos de su corazón latiendo fuerte en sus oídos, temiendo lo que continuaría en esta conversación. No era lo que se esperaba, ella estaba preparada para medirse con él. Escuchó hasta la ultima palabra antes de bajar la vista negando con la cabeza levemente. Era perfecto... Luis estaría extasiado de oírlo, aunque posiblemente no la dejase volver a acercarsele a su contraparte. Era justamente lo que la comitiva francesa esperaba llevándola a ella a ese país, apostando por sus dotes femeninos. Sin embargo, su corazón no estaba saltando en su pecho por el bien que le haría a su Rey.
"Monsieur Braginsky..." Le llamó aun mirando el suelo, jugando con sus manos de forma nerviosa, respirando profundamente. La decisión que iba a tomar era estúpida, pero la correcta, de alguna forma. Y comenzó a avanzar hacía él. "No es necesario que se disculpe, la que ha causado el inconveniente he sido yo misma por no saber controlarme..."
Levantó la mirada hacía él, sintiéndose que era ella la que estaba realmente contra la pared en ese momento, acercando sus manos hacía su frió rostro con mucho cuidado, conteniendo la respiración, antes de ponerse en puntillas intentando llegar a rozar sus labios con los suyos, con el corazón palpitando terriblemente.
"...parce que... je crois aussi que je t'aime un peu."
Se obligó a mantener la vista en él, parada lo más recta y relajada posible, sinceramente hubiera preferido estar de espaldas, lo habría hecho más fácil para ella. Los latidos de su corazón latiendo fuerte en sus oídos, temiendo lo que continuaría en esta conversación. No era lo que se esperaba, ella estaba preparada para medirse con él. Escuchó hasta la ultima palabra antes de bajar la vista negando con la cabeza levemente. Era perfecto... Luis estaría extasiado de oírlo, aunque posiblemente no la dejase volver a acercarsele a su contraparte. Era justamente lo que la comitiva francesa esperaba llevándola a ella a ese país, apostando por sus dotes femeninos. Sin embargo, su corazón no estaba saltando en su pecho por el bien que le haría a su Rey.
"Monsieur Braginsky..." Le llamó aun mirando el suelo, jugando con sus manos de forma nerviosa, respirando profundamente. La decisión que iba a tomar era estúpida, pero la correcta, de alguna forma. Y comenzó a avanzar hacía él. "No es necesario que se disculpe, la que ha causado el inconveniente he sido yo misma por no saber controlarme..."
Levantó la mirada hacía él, sintiéndose que era ella la que estaba realmente contra la pared en ese momento, acercando sus manos hacía su frió rostro con mucho cuidado, conteniendo la respiración, antes de ponerse en puntillas intentando llegar a rozar sus labios con los suyos, con el corazón palpitando terriblemente.
"...parce que... je crois aussi que je t'aime un peu."
Aliénor Bonnefoy- Mensajes : 25
Localización : París, Francia
Contenido patrocinado
Temas similares
» Ma Petite Russie. [Ivan Imperial Braginsky - Aliénor Bonnefoy]
» Le feu, La nuit [Ivan Goret Braginski - Aliénor Bonnefoy]
» Mon cher frère. [Francis 'Bleu' Bonnefoy - Aliénor Bonnefoy]
» "This house is not a home" [Gilbert RDash; Ivan Svyaz]
» We need to talk [Iván 'Ruskie' Braginski - Alfred 'Freedom' Jones]
» Le feu, La nuit [Ivan Goret Braginski - Aliénor Bonnefoy]
» Mon cher frère. [Francis 'Bleu' Bonnefoy - Aliénor Bonnefoy]
» "This house is not a home" [Gilbert RDash; Ivan Svyaz]
» We need to talk [Iván 'Ruskie' Braginski - Alfred 'Freedom' Jones]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Mayo 11, 2012 1:40 am por Arthur 'Bloody' Kirkland
» We Only Just Getting Started {RusEng}{AU}
Jue Mayo 10, 2012 3:58 pm por Arthur 'Bloody' Kirkland
» Aleksandra M. Braginskaya - Moscow
Jue Mayo 10, 2012 3:48 am por Aleksandra M. Braginskaya
» Once in wonderland... [Cardverse][Rus/Prus - Prus/Jpm]
Jue Mayo 10, 2012 3:34 am por Gilbert RDash Beilschmidt
» En las ruinas del templo de Hera [Serakh Khazar Tarkhan//Pandora Karpusi]
Jue Mayo 10, 2012 12:41 am por Pandora Karpusi
» Pandora Karpusi - Olympia//Antigua Grecia//Imperio Bizzantino
Miér Mayo 09, 2012 11:20 pm por Pandora Karpusi
» Vincent van der Berg (Dejima)
Miér Mayo 09, 2012 10:09 pm por Vincent van der Berg
» De Wallen [Willem van der Berg/Matthew Fluttershy W.]
Vie Mar 16, 2012 4:10 pm por Matthew Fluttershy W.
» "This house is not a home" [Gilbert RDash; Ivan Svyaz]
Dom Mar 04, 2012 10:33 am por Gilbert RDash Beilschmidt