[Parallel Universe] Affairs. (Arthur Rehab)

No quería asomar la nariz fuera del avión siquiera, dónde se estaba cómodo y cálido, pero tenía que hacerlo en algún momento. Se volvió a poner la bufanda y el sobretodo, y salió, con las manos en los bolsillos para no enfriarse.

Sólo era una estúpida reunión de rutina, pero era tarde para cancelarla cuando se había levantado con fiebre el mismo día. Se sentía horrible, sabía que estaba ojeroso, y sentía la cara caliente, así que debía tenerla roja. Suspiró y trató de componerse. Después de todo, no iba a demostrar debilidad ante Arthur, ¿verdad?. Se tapó la boca con la bufanda y siguió a la comitiva al lobby del aeropuerto, donde estarían esperándole los representantes de Inglaterra.

Francis sólo quería volver a su casa y a la cama, pero tenía que sonreir y saludar a todos, uno por uno. Lo hizo con un apretón de manos y no con un beso, sólo esperaba que England no prestara atención al hecho.

El día pasó tortuosamente lento para Francis, que además de dolor de cabeza, tenía también de garganta, y... por todo el cuerpo en general. Trató de mantenerse concentrado, pero su mente se iba de vez en cuando. Estaba tan agotado que pensó que era una suerte no haberse quedado dormido.

Cuando todo terminó, suspiró y dejó caer la cabeza sobre la larga mesa de madera.

-Finalmente...-

Reuniones rutinarias, representantes franceses. El día londinense estaba frío como le gustaba, le daba la idea que la tormenta vendría en cualquier momento, y, tanto mejor. Se entretendría de la muy pesada y aprendida labor de esas reuniones para tratar esos temas económicos, charlas de motivación, y asegurar de frente que ambos países estaban muy contentos y vomitando felicidad de compartir tratados.

Era todo, tal como dijo, rutinario. Sus problemas con el francés los tenía él, nos los políticos, y por ende trataba de mantenerse al margen y tomando apuntes para su conocimiento. Usualmente en las pausas, en el baño, o incluso cuando coincidían esos momentos inevitables de aburrimiento entre ambos, Francis habría tratado de alguna forma de buscarle el odio.

No era que lo extrañara, pero sí le llamó la atención la falta de esto. ¿Habría cambiado algo? No anotó nada anormal en la reunión. Sí notó, por etiqueta y respeto en la mesa, que vio al francés algo desenfocado, como ausente, y terriblemente abrigado, para ser alguien que venía de un lugar no exactamente de cielo azul y soleado, si no más bien plateado y adornado con la torre Eiffel.

De nuevo, no lo extrañaba. Era mera observación. Y fue mera curiosidad cuando, terminada la reunión y salido la comitiva a tomar un café ceremonial para la fría tarde, fingió que tardaba unos segundos más en arreglar sus papeles. Justo frente al francés.

-¿Finalmente qué? ¿No irás por tu café que criticas siempre por ser peor que los de París?- Lanzó el comentario, no realmente mintiendo, pero curioso. No negaría la curiosidad.

Levantó la cabeza y observó la orgullosa figura de Arthur. Maldito fuera, se había dado cuenta. Se paró y se pasó la mano por el pelo, notándolo ligeramente húmedo.

-Estas tan ansioso por que demuestre lo malo que es el café de Londres, ¿Angleterre?- Rodó los ojos por un momento y volvió a mirar al Inglés. En verdad, no tenía las fuerzas para discutir con él en ese momento. Seguro que no quería una pelea a golpes en ese estado.

Gruñó levemente y tomó la bufanda y el sobretodo, abrigándose para salir.-En verdad, no tengo ganas de tomar café en este momento. Estoy falto de sueño, pero en vez de mantenerme despierto a la fuerza, voy a volver a mi Hotel a dormir. Hasta luego, Anglais.-

Tomó los papeles, y empezó a caminar a la salida, tratando de caminar normal y no hacer eses como borracho.

Arqueó el par de cejas de cuncuna. ¿Esa, una respuesta del francés? Terriblemente débil. Ni siquiera sintió agresividad, ni picardía, ni una sonrisita maldita que quisiera borrar con el puño.

Y eso era raro.

Se le quedó viendo sin decir más, mientras se levantaba y se cubría. Notó en la transición que tenía las mejillas coloradas, y la puerta ya estaba abierta. No podía decir que el cuarto seguía sofocado con la calefacción. ¿Y cómo caminaba? El inglés sabía de insomnio y de sus consecuencias, se desvelaba constantemente él mismo por culpa de algunos libros, y caminar así definitivamente no era una de ellas.

-Good lord, you're the worst at pretending.- Rodó los ojos y con pasos seguros, derechos y rápidos, a contraste de los del francés, se adelantó a él y se paró en mitad de la puerta, bloqueándole la salida. -¿Qué te sucede? Ni tú te crees ese "falta de sueño", frog.-

Parecía que no iba a poder irse en paz después de todo. Miró a Arthur bloquearle el paso y trató de pensar como sacarselo de encima, frunciendo el ceño. No se le ocurría mucho a su embotada mente, por lo que respondió con un poco de retardo.

-¿Te importa?.- Preguntó a la defensiva. -Dejame pasar por favor.-

Lo apartó de un empujón -estaba débil, pero no tanto- y salió de allí caminando lo más rápido que podía. Que ciertamente no sería más rápido que una persona sana. Tomó el ascensor y cerró la puerta antes de que Arthur llegara, prácticamente huyendo.

Salió al exterior, del Hotel donde habían estado teniendo la negociación y pasó a través de la calle justo cuando empezaba a caer aguanieve. Maldito Londres, maldito clima. Sabía que no podía escapar del otro país, pero no iba a dejar de intentarlo.