{Into the veil of darkness} //Priv Smirnoff//

Tic tac, tic tac. Una y otra vez, aquel ensordecedor ruido en medio del silencio de la noche. Tic tac, en el día, en aquella casa que parecía tan despierta. Tic tac, sonaba el reloj en la soledad de aquella mansión. "тик тoк, это звук часов, маркировка минут до конца, пока ты мертв" murmuró, sentada en medio de la sala, tejiendo con dos enormes agujas, su rojiza mirada ida, casi como aburrida

¿Hacia cuanto Iván no se pasaba por allí? Quizás le estaba evitando. Esperaba que no... No se sentiría feliz si su querido hermano no quería verla. Ella no había hecho nada para suscitar aquella reacción de rechazo hacia su persona. La ultima vez que le había visto, había estado despotricando contra el pequeño americano -que ella consideraba adorable pero insubriblemente idiota- sobre 'Por que simplemente no le obedecía'.

Ella no podía manejar su nación sola. Mientras su hermano estuviera, no podía encargarse de los asuntos tanto internos como externos, a menos que la otra personificacion muriera definitivamente o le cediera el lugar. Cosa que no había pasado. Y no quería que muriera antes de darle su lugar a ella. Molesta, partió las agujas, y luego torció la boca en un gesto de desagradó y suspiró, peinándose las rubias hebras con los dedos

"Oh, van'ka... donde estas, moi dorogie brat...?"

El sonido desesperante del reloj en su habitación lo tenían más aturdido de lo normal y pues nunca se había acostumbrado del todo a estar tanto tiempo solo y alejado de su hermana. Aún inclusive en la sala de su casa podía apreciarse aquel molesto sonido venir del reloj de pared, que conservaba porque el único con la hora exacta en esa enorme casa. "Так раздражает иногда желаемое одиночество, что должно измениться" susurró en voz mientras sus ojos dirigían su vista a la ventana de aquella habitación donde estaba.

No recordaba con clara exactitud cuando había sido la última que él le pagaba una pequeña visita a su hermana para ver como iban las cosas por su lado, que clase de cosas había hecho para arremeter contra los americanos -quienes a su parecer- eran tan simpáticos como molestos en muchas ocasiones. Suspiró y fue a buscar su abrigo para salir de aquella casa y largarse a la mansión donde ella vivía.

Se preguntó por todo el camino que pensaría ella al respecto de su lejanía y más que ello la ausencia que este cargaba con respecto a ella. No solía mantenerse tan alejado de su adorada hermana, después de todo juntos llevaban a píe la nación de una excelente manera, por separado siempre sería muy distinto todo. Bufó un poco cuando ya estuvo en frente de las puertas de aquella mansión y toco la puerta tres veces como era costumbre en él, así sabrían quién era.

"Espero estés en casa, moya lyubimaya sestra..."

"hm?" levanto la vista, poniéndose de pie, dejando de lado el set de agujas de tejer sobre el sillón. Le pareció haber oído alguien tocando la puerta... si eran niñas vendiendo pirozhki o algo, les compraría con gusto. Estaba orgullosa de sus ciudadanos. Podría ser la parte oscura, pero hey! adoraba a su población y sufría con ellos a pesar de no ser la representación principal como Iván lo era. "Quién será, quien será" sonrió de forma dulce, pero terriblmente fingida. Y no sabia que era peor, con esa apariencia de muñeca, ropas negras, como de luto y ojos rojos, una cara seria y parca o una sonrisa infantilmente cruel

Ladeó la cabeza al abrir la puerta y ver nada mas ni nada menos que a su querido hermano parado tras la puerta "...Brat?" preguntó automáticamente ante lo obvio "Me sorprendes, bratishka, me lees el pensamiento o algo?" no le extrañaría, teniendo en cuenta que eran gemelos. Le dio un beso en cada mejilla y uno en los labios, como era costumbre, y se hizo a un lado, dejándole entrar. "Hubieras avisado de que venías... no he preparado nada" le molestaba tanto como le agradaban las visitas sorpresa. Aunque estaba tan sola ultimamente que terminaría trayéndose hasta a Nataliya de compañía y eso era mucho decir

Se sacó el sombrero con el velo que le cubría el rostro, dejándolo sobre la mesilla de té, y yendo apresurada hasta una de las estanterías, de donde sacó una botella de vodka y un vaso, sirviéndole con presteza y tendiéndoselo "Aunque el que no me avisaras no me extraña, hace mucho que no me visitas" el tono dulce rozaba lo venenoso y algo rencoroso, como un reproche no tan escondido al decirle eso

Sonrió de manera muy poco convencional en el cuando su hermana abrió la puerta y le correspondió aquel gesto de la misma manera, pasando sin siquiera esperar ser totalmente invitado a su casa, después de todo tenía confianza con ella. Cerró las puertas ya que ella parecía más concentrada en él. Le dedicó una de sus mas profundas miradas y ladeó ligeramente la cabeza.

"Quizás si lo hago... sestrenku, sentí unas ganas terribles de venir" ciertamente esa podría ser una posibilidad muy factible ya que en muchos casos solía pasarle aquello con ella, después de todo eran gemelos y esas cosas solían a veces ser tan inevitables. "No pensé en aquello en ese momento... solo me centré en venir a verte.. por el resto no te preocupes, me acomodo bien" Respondió aquello así de manera un tanto simple y aburrida, caminando hacia donde ella iba.

No le sorprendió para nada la selección que tomo su hermana como ofrecimiento de bebida para, algo un tanto predecible pero que en lo absoluto le molestaba. Tomo aquel vaso con una de sus manos y le miro profundamente de nueva cuenta. "Proshchatʹ moya sestrenku... he estado divagando con muchas cosas y por eso ni vine antes" Respondió de manera calma, dándole un sorbo a su bebida y notando ese tono tan particular de ella.