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Jue Feb 02, 2012 8:56 pm por Johan Liebheart
Bueno, vengo a pedir un par de cositas(?). No, nada porno por ahora, sientanse libres de pasarse de …
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"Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
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"Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
El invierno estaba pegando en sus peores momentos. Era el primer invierno que pasaba tan al norte de su país, tan cercano a Siberia, en Manchuria, y tenía que admitir que la nieve llegaba a impactarle.
Le había costado dormir esa noche, aunque le costara admitirlo. Estuvo nervioso por la tormenta de nieve durante horas, preocupado que algún árbol se cayera, que se volara el techo. soberanas tonterías que le preocupaban solamente y justamente cuando quería conciliar el sueño. Si no fuese que el ruso a su lado estaba más acostumbrado y dormía tranquilo, no habría conseguido ni dos horas de sueño.
Como por maravilla, esa mañana, estaba todo cubierto, y hermosamente tranquilo. El frío era costumbre ya, pero no soplaba el viento, no caía la nieve. Se levantó silencioso, temprano como siempre, y se encargó de dejar las frazadas hasta la nuca de Ivan, quien todavía dormía, no fuera a entrarle aire a la espalda. Luego de apreciar el paisaje blanco por la ventana, se puso el abrigo más enorme que encontró, calcetines, bototos, se veía como un tronco con tantas capas encima, para peor bajito, en la cabaña de doble altura. Originalmente, se despertaba a prender la chimenea, preparar el agua caliente para el desayuno y temperar la casa, además se sacar un poco de nieve de las puertas y atender a sus mascotas. Claro estaba, el living estaba vacío, los pandas podrían enfermarse en un clima tan frío y sin los cuidados especiales, había preferido devolverlos a uno de los refugios más al sur.
No supo bien por qué, dudaba que fuera por la ausencia de los panda ssi ya llevaba días así, pero cuando abrió la puerta trasera, sacando la nieve de la pasada, sintió ese tiron tan extraño en el pecho. Un apretón, que causaba burbujeo, y el muy aprendido sentir de la garganta apretada. Lo reconoció de inmediato, y actuó con igual rapidez.
Cerró la puerta tras él, sin fijarse del portazo, y avanzó por la nieve hasta meterse entre los árboles, seguro de que cierto claro entre ellos unos metros más allá sería buen lugar para la ocasión.
Le había costado dormir esa noche, aunque le costara admitirlo. Estuvo nervioso por la tormenta de nieve durante horas, preocupado que algún árbol se cayera, que se volara el techo. soberanas tonterías que le preocupaban solamente y justamente cuando quería conciliar el sueño. Si no fuese que el ruso a su lado estaba más acostumbrado y dormía tranquilo, no habría conseguido ni dos horas de sueño.
Como por maravilla, esa mañana, estaba todo cubierto, y hermosamente tranquilo. El frío era costumbre ya, pero no soplaba el viento, no caía la nieve. Se levantó silencioso, temprano como siempre, y se encargó de dejar las frazadas hasta la nuca de Ivan, quien todavía dormía, no fuera a entrarle aire a la espalda. Luego de apreciar el paisaje blanco por la ventana, se puso el abrigo más enorme que encontró, calcetines, bototos, se veía como un tronco con tantas capas encima, para peor bajito, en la cabaña de doble altura. Originalmente, se despertaba a prender la chimenea, preparar el agua caliente para el desayuno y temperar la casa, además se sacar un poco de nieve de las puertas y atender a sus mascotas. Claro estaba, el living estaba vacío, los pandas podrían enfermarse en un clima tan frío y sin los cuidados especiales, había preferido devolverlos a uno de los refugios más al sur.
No supo bien por qué, dudaba que fuera por la ausencia de los panda ssi ya llevaba días así, pero cuando abrió la puerta trasera, sacando la nieve de la pasada, sintió ese tiron tan extraño en el pecho. Un apretón, que causaba burbujeo, y el muy aprendido sentir de la garganta apretada. Lo reconoció de inmediato, y actuó con igual rapidez.
Cerró la puerta tras él, sin fijarse del portazo, y avanzó por la nieve hasta meterse entre los árboles, seguro de que cierto claro entre ellos unos metros más allá sería buen lugar para la ocasión.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
El ruso dormía cuan oso en proceso de hibernación. La sábana se elevaba, y luego volvía a descender con su respirar profundo, tanto que hasta echaba suspiros de vez en cuando. Estaba demasiado acostumbrado al frío como para verse perturbado por el, habían sido muchas las veces que cuando pequeño no tuvo más opción que dormir en la intemperie, usando la nieve como almohada, y cogió unas cuantas hipotermias cuando lo hacía. Por eso, aquellas temperaturas no le agobiaban en lo absoluto, sin embargo, siempre iba a preferir climas más cálidos; dentro de lo que aceptaba el clima de su país, de todas formas, en el fondo, detestaba más que nada el frío.
Iba en lo mejor de su sueño, cuando de pronto se despertó de golpe por un portazo que le sonó bastante lejano, pero no recordaba que tuviesen vecinos. Sus sospechas se concretaron al comprobar que el chino no estaba ahí a su lado, como había estado la noche anterior. Aunque eso era algo normal, Yao siempre despertaba antes, y siempre le dejaba pegar la última partida de sueño por su cuenta. ¿Pero a dónde iría, y así, molesto? Nunca daba portazos, generalmente procuraba no hacer ruido para dejarle dormir, pero al parecer la molestia hizo que olvidara esa regla que el solo se había impuesto.
Quitó las sábanas de una patada y se sentó al borde de la cama. La mayoría de las veces, le avisaba si iba a algún lugar...¿estaría molesto con el?. Descansó el mentón entre las dos palmas de sus manos, recordando todo lo ocurrido la noche anterior. Sin embargo, por más que pensó, no pudo hallar la razón. Todo había seguido su curso normal, según el, al menos. No le había dicho nada duro, alabó su comida como siempre, le robó un beso de buenas noches, aunque era normal en el reaccionar de mala gana ante eso. Quizá, solo se había hartado de el.
Hartado de el...
Se paró de golpe de la cama, y abrió el armario de un tirón. Estaban todas sus ropas, y sus demás cosas. Solo faltaban un par, pero debían ser las que llevaba puestas. Suspiró, algo aliviado. Al menos, si efectivamente se había hartado de el, tendría que volver a ese lugar, a buscar el resto de sus cosas. Y podría persuadirlo.
Pero aquello no era suficiente consuelo. Quería verlo, y que le diera todas las respuestas a sus preguntas, de lo contrario, no podría estar tranquilo esperando a que volviera. Si nada pasaba, le llamaría exagerado, pero prefería eso a correr el riesgo de perderlo.
Se vistió rápidamente, sin echarse una gota de agua encima, y finalmente se enfundó las botas que siempre usaba. Salió a la sala, y no encontró nada sospechoso. Entrecerró los ojos y miró hacia una mano enguantada. Si lo encontraba, ¿qué le diría? ¿estaba realmente preparado para aceptar lo que fuera que le dijera el otro? Daba igual, solo debía concentrarse en un objetivo: Encontrarlo.
Iba en lo mejor de su sueño, cuando de pronto se despertó de golpe por un portazo que le sonó bastante lejano, pero no recordaba que tuviesen vecinos. Sus sospechas se concretaron al comprobar que el chino no estaba ahí a su lado, como había estado la noche anterior. Aunque eso era algo normal, Yao siempre despertaba antes, y siempre le dejaba pegar la última partida de sueño por su cuenta. ¿Pero a dónde iría, y así, molesto? Nunca daba portazos, generalmente procuraba no hacer ruido para dejarle dormir, pero al parecer la molestia hizo que olvidara esa regla que el solo se había impuesto.
Quitó las sábanas de una patada y se sentó al borde de la cama. La mayoría de las veces, le avisaba si iba a algún lugar...¿estaría molesto con el?. Descansó el mentón entre las dos palmas de sus manos, recordando todo lo ocurrido la noche anterior. Sin embargo, por más que pensó, no pudo hallar la razón. Todo había seguido su curso normal, según el, al menos. No le había dicho nada duro, alabó su comida como siempre, le robó un beso de buenas noches, aunque era normal en el reaccionar de mala gana ante eso. Quizá, solo se había hartado de el.
Hartado de el...
Se paró de golpe de la cama, y abrió el armario de un tirón. Estaban todas sus ropas, y sus demás cosas. Solo faltaban un par, pero debían ser las que llevaba puestas. Suspiró, algo aliviado. Al menos, si efectivamente se había hartado de el, tendría que volver a ese lugar, a buscar el resto de sus cosas. Y podría persuadirlo.
Pero aquello no era suficiente consuelo. Quería verlo, y que le diera todas las respuestas a sus preguntas, de lo contrario, no podría estar tranquilo esperando a que volviera. Si nada pasaba, le llamaría exagerado, pero prefería eso a correr el riesgo de perderlo.
Se vistió rápidamente, sin echarse una gota de agua encima, y finalmente se enfundó las botas que siempre usaba. Salió a la sala, y no encontró nada sospechoso. Entrecerró los ojos y miró hacia una mano enguantada. Si lo encontraba, ¿qué le diría? ¿estaba realmente preparado para aceptar lo que fuera que le dijera el otro? Daba igual, solo debía concentrarse en un objetivo: Encontrarlo.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Efectivamente, avanzando más entre los árboles, se encontró el claro que quería. Venía a cortar leña aquí, estaban todavía los muñones bajos, algunos más altos, y un espacio corto por donde entraba la luz blanca del sol. Se le ocurrió que podría volver la tormenta, pero no estaba lejos de la casa como para correr de vuelta en caso que pasara.
Se sentó, cómodo con el lugar, entre varios troncos cortados, en la nieve para evitar la dureza. Se acurrucó ahí, mirando a su alrededor, a la tranquilidad del paisaje después de la terrible noche que vivió. Dudaba que hubiesen siquiera animales merodiando, además de que ya había poco movimiento en la zona en sí, alejados del resto de las villas.
Solo al fijarse en esto, aspiro largamente, y sintió que de su garganta brotaba el nudo que sentía tenso anteriormente. Comenzó a llorar, en silencio pero pesado, como si fuese lluvia de invierno pleno. No sollozaba aún, y no creía que fuese necesario. Cada tanto tiempo, décadas incluso, sentía la necesidad pura de llorar. No solía emocionarse, no solía llorar por otros, y sentía que tal vez se le quedaban acumuladas las lágrimas, aunque se sorprendía de que le quedaran lágrimas en el cuerpo. Pensar en esto le hizo estremecerse, sí: Parecía de aquellos días. Se dejó respirar, entonces, sin siquiera molestarse en limpiar las lágrimas.
Se sentía como una avalancha, o tal vez el ver la nieve rodeándole fue que sintió eso. Eran bolas de nieve que se le acumulaban dentro, y bajaban cada muchos años, conteniendo todo lo que su mente bloqueaba y enviaba a ellas. Vio a pequeños, a jóvenes, a soldados, a heridos. Vio a Iván llorando, sucio y pequeño, en la nieve, recordó lo que hizo por él y sus consecuencias, vio chozas quemándose y vio el verano, nuevamente, recibiendo a Hong Kong hecho hombre cuando él aún esperaba ver venir a un pequeño de coleta.
Se odiaba un poco por esos momentos, era casi infantil que tuviera que dejarse llevar por esto. Pero era algo justo para su cuerpo, no solía recordar ni amargarse por esos hechos en general, y a cambio, su mente le pedía que los descargara cada tanto. No esperó que le viniera tan de golpe, aún así, ni viviendo con el ruso. Iván no sabía de ellos, nadie sabía, de hecho. Estaba seguro que si le preguntaba a toda Asia, con suerte Kiku podría decir que le vio llorar.
Se acurrucó contra un tronco más grande, apoyando la cabeza contra este. Salían los sollozos, audibles y claros, progresivamente aumentando en volumen. Interiormente, supo que se tardaría en volver.
Se sentó, cómodo con el lugar, entre varios troncos cortados, en la nieve para evitar la dureza. Se acurrucó ahí, mirando a su alrededor, a la tranquilidad del paisaje después de la terrible noche que vivió. Dudaba que hubiesen siquiera animales merodiando, además de que ya había poco movimiento en la zona en sí, alejados del resto de las villas.
Solo al fijarse en esto, aspiro largamente, y sintió que de su garganta brotaba el nudo que sentía tenso anteriormente. Comenzó a llorar, en silencio pero pesado, como si fuese lluvia de invierno pleno. No sollozaba aún, y no creía que fuese necesario. Cada tanto tiempo, décadas incluso, sentía la necesidad pura de llorar. No solía emocionarse, no solía llorar por otros, y sentía que tal vez se le quedaban acumuladas las lágrimas, aunque se sorprendía de que le quedaran lágrimas en el cuerpo. Pensar en esto le hizo estremecerse, sí: Parecía de aquellos días. Se dejó respirar, entonces, sin siquiera molestarse en limpiar las lágrimas.
Se sentía como una avalancha, o tal vez el ver la nieve rodeándole fue que sintió eso. Eran bolas de nieve que se le acumulaban dentro, y bajaban cada muchos años, conteniendo todo lo que su mente bloqueaba y enviaba a ellas. Vio a pequeños, a jóvenes, a soldados, a heridos. Vio a Iván llorando, sucio y pequeño, en la nieve, recordó lo que hizo por él y sus consecuencias, vio chozas quemándose y vio el verano, nuevamente, recibiendo a Hong Kong hecho hombre cuando él aún esperaba ver venir a un pequeño de coleta.
Se odiaba un poco por esos momentos, era casi infantil que tuviera que dejarse llevar por esto. Pero era algo justo para su cuerpo, no solía recordar ni amargarse por esos hechos en general, y a cambio, su mente le pedía que los descargara cada tanto. No esperó que le viniera tan de golpe, aún así, ni viviendo con el ruso. Iván no sabía de ellos, nadie sabía, de hecho. Estaba seguro que si le preguntaba a toda Asia, con suerte Kiku podría decir que le vio llorar.
Se acurrucó contra un tronco más grande, apoyando la cabeza contra este. Salían los sollozos, audibles y claros, progresivamente aumentando en volumen. Interiormente, supo que se tardaría en volver.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Por fin, luego de haberse decidido, caminó fuera de la casa, apartando la nieve en la entrada a patadas. No solía hacerlo, pero lo último que le ponían poner en frente para que lo detuvieran en ese instante era la nieve. Cerró la puerta tras de sí, con un portazo el doble de fuerte que el que había dado el chino en un principio, que hasta hizo retumbar los árboles circundantes, quienes reclamaron haciendo caer nieve, más nieve, en su camino.
Suspiró y embutió ambas manos en el abrigo, si seguía así probablemente provocaría una avalancha, y eso solo entorpecería toda su búsqueda, por lo bajo. Ni siquiera sabía hacia donde caminar, podía ser que el otro hubiese llamado a alguien que lo recogiera, y si ese era el caso debía de estar a varios kilómetros lejos ya. Frunció los labios y sacudió levemente la cabeza. Tenía que descartar opciones, y solo lo lograría poniéndose a buscar de una buena vez.
Hundió las pesadas botas en la nieve, y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Trazó rutas mentales, conocía el lugar lo suficiente como para no perderse, así que por lo menos ahí tenía un punto a favor. Caminó en dirección cercana al sendero donde estaba el chino, pero dobló en otra vuelta.
El viento soplaba apenas, al menos el clima no estaba en contra. Sin embargo, no era muy efectivo buscar así como estaba en ese momento, sentía la cabeza abatida por todas las hipótesis previas que había pensado antes de salir. El pecho también lo sentía pesado, le dolían esos pensamientos. Hasta la infidelidad se le pasó por la cabeza.
Todas esas dudas actuaban como un verdadero veneno en el, lo debilitaban. Todas las inseguridades que tenía cuando recién se volvieron pareja, renacían en ese momento. Por otra parte, otra parte de el le decía que confiara en el, que nunca había hecho nada para merecer todo este interrogatorio. Y otra parte, aunque era a la que menos prestaba atención, solo hervía en rabia porque el otro le estaba haciendo sentir así.
Decidió descansar bajo un árbol, y al apoyar su espalda contra el tronco, el árbol le dio la bienvenida con un puñado de nieve que ahora se alojaba en su cabello albino. Ni siquiera hizo el intento por apartarla, el frío le mantendría ocupado, y dejaría de pensar tanto. Prefería sentir frío que aquel dolor emocional, sin embargo, por más que posara su atención en el frío, el dolor no se iba. Apretó los dientes, no se iba a dejar dominar por el.
Pero vaya que era terco, el dolor permanecía ahí, como si reclamara su lugar exclusivo en el corazón del ruso.
Suspiró y embutió ambas manos en el abrigo, si seguía así probablemente provocaría una avalancha, y eso solo entorpecería toda su búsqueda, por lo bajo. Ni siquiera sabía hacia donde caminar, podía ser que el otro hubiese llamado a alguien que lo recogiera, y si ese era el caso debía de estar a varios kilómetros lejos ya. Frunció los labios y sacudió levemente la cabeza. Tenía que descartar opciones, y solo lo lograría poniéndose a buscar de una buena vez.
Hundió las pesadas botas en la nieve, y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Trazó rutas mentales, conocía el lugar lo suficiente como para no perderse, así que por lo menos ahí tenía un punto a favor. Caminó en dirección cercana al sendero donde estaba el chino, pero dobló en otra vuelta.
El viento soplaba apenas, al menos el clima no estaba en contra. Sin embargo, no era muy efectivo buscar así como estaba en ese momento, sentía la cabeza abatida por todas las hipótesis previas que había pensado antes de salir. El pecho también lo sentía pesado, le dolían esos pensamientos. Hasta la infidelidad se le pasó por la cabeza.
Todas esas dudas actuaban como un verdadero veneno en el, lo debilitaban. Todas las inseguridades que tenía cuando recién se volvieron pareja, renacían en ese momento. Por otra parte, otra parte de el le decía que confiara en el, que nunca había hecho nada para merecer todo este interrogatorio. Y otra parte, aunque era a la que menos prestaba atención, solo hervía en rabia porque el otro le estaba haciendo sentir así.
Decidió descansar bajo un árbol, y al apoyar su espalda contra el tronco, el árbol le dio la bienvenida con un puñado de nieve que ahora se alojaba en su cabello albino. Ni siquiera hizo el intento por apartarla, el frío le mantendría ocupado, y dejaría de pensar tanto. Prefería sentir frío que aquel dolor emocional, sin embargo, por más que posara su atención en el frío, el dolor no se iba. Apretó los dientes, no se iba a dejar dominar por el.
Pero vaya que era terco, el dolor permanecía ahí, como si reclamara su lugar exclusivo en el corazón del ruso.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Soltó las manos. La nieve que tenía empuñaba comenzaba a derretirse por su calor corporal, y no quería mojar los guantes. Se obligó a relajar los brazos, pero no pudo, y terminó abrazándose a sí mismo y lentamente, observó como se iba achicando, como atraía las rodillas contra su cuerpo y terminaba hecho bola contra el tronco.
Se estaba muriendo de frío. No pensó que sería tan terrible, en la nieve, si tenía ropa más que suficiente, el cabello incluso manteniéndole las orejas tibias. Sin embargo, el golpe de las lágrimas le tenía aparentemente indefenso, distinto a cuando llorar a las orillas de un lago servía, de vuelta en Beijing. No lo tomó en cuenta, temía encontrarse que eran los recuerdos los que les daba frío, particularmente traumáticos, según había elegido su cerebro ese día. Escuchó pasos atrás de él, y comenzó a tiritar.
Las pisadas eran familiares sobre la tierra húmeda por las lloviznas, botas de miles de pies que marchaban, mientras él se escondía entre los árboles. Escuchaba sus voces, también, y antes se movía de su lugar parar observar, solo que ahora estaba acostumbrado. No estaba entre árboles, y no había nadie cerca, en mucho. Solo escuchaba las pisadas, las palabras en japonés, y luego el sonar de ramas crujiendo bajo zapatos pesados se concentraba en una sola persona, en el sonido de botas de hombre contra el piso pulido de su palacio. Pesadas botas occidentales.
Te he traído algo que te gustará, poppet.
El escalofrío lo sacudió, y en vez de un sollozo, dio un alarido. Se llevó la mano a la boca, tapando el que siguió. Y el que siguió. Era mala idea, pero tuvo que cerrar los ojos para aguantar lo que sentía, encontrándose con la imagen tras las palabras y los sonidos. Los abrió de golpe, entonces, y se encontró por suerte con la nieve blanca, y el tronco al cual pegó una mano, casi en una desesperada acción por mantenerse anclado a la realidad.
Respiró profundamente, sintiendo como pasaba el ataque de pánico, los sonidos al fin alejándose y quedando solo las sensaciones, al menos. Pudo destaparse la boca, pasando el miedo a que volviera a sollozar con tanta fuerza. Aunque dudaba de que alguien frecuentara el bosque, prefería mantenerse en el mayor silencio posible. Y tenía que concentrarse, dejar caer las lágrimas, pero concentrado en seguir la línea del control.
Si deseas tanto protegerlo, seamos prácticos, como quieres mantener esta relación. Dejo al enano del norte, pero me pagarás tú la entretención.
No alcanzó a cubrir ese alarido, pero para el resto, hundió el rostro en el abrigo, dándose cuenta que la punta de la nariz no la sentía del frío.
Se estaba muriendo de frío. No pensó que sería tan terrible, en la nieve, si tenía ropa más que suficiente, el cabello incluso manteniéndole las orejas tibias. Sin embargo, el golpe de las lágrimas le tenía aparentemente indefenso, distinto a cuando llorar a las orillas de un lago servía, de vuelta en Beijing. No lo tomó en cuenta, temía encontrarse que eran los recuerdos los que les daba frío, particularmente traumáticos, según había elegido su cerebro ese día. Escuchó pasos atrás de él, y comenzó a tiritar.
Las pisadas eran familiares sobre la tierra húmeda por las lloviznas, botas de miles de pies que marchaban, mientras él se escondía entre los árboles. Escuchaba sus voces, también, y antes se movía de su lugar parar observar, solo que ahora estaba acostumbrado. No estaba entre árboles, y no había nadie cerca, en mucho. Solo escuchaba las pisadas, las palabras en japonés, y luego el sonar de ramas crujiendo bajo zapatos pesados se concentraba en una sola persona, en el sonido de botas de hombre contra el piso pulido de su palacio. Pesadas botas occidentales.
Te he traído algo que te gustará, poppet.
El escalofrío lo sacudió, y en vez de un sollozo, dio un alarido. Se llevó la mano a la boca, tapando el que siguió. Y el que siguió. Era mala idea, pero tuvo que cerrar los ojos para aguantar lo que sentía, encontrándose con la imagen tras las palabras y los sonidos. Los abrió de golpe, entonces, y se encontró por suerte con la nieve blanca, y el tronco al cual pegó una mano, casi en una desesperada acción por mantenerse anclado a la realidad.
Respiró profundamente, sintiendo como pasaba el ataque de pánico, los sonidos al fin alejándose y quedando solo las sensaciones, al menos. Pudo destaparse la boca, pasando el miedo a que volviera a sollozar con tanta fuerza. Aunque dudaba de que alguien frecuentara el bosque, prefería mantenerse en el mayor silencio posible. Y tenía que concentrarse, dejar caer las lágrimas, pero concentrado en seguir la línea del control.
Si deseas tanto protegerlo, seamos prácticos, como quieres mantener esta relación. Dejo al enano del norte, pero me pagarás tú la entretención.
No alcanzó a cubrir ese alarido, pero para el resto, hundió el rostro en el abrigo, dándose cuenta que la punta de la nariz no la sentía del frío.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Sin darse cuenta, al cerrar los ojos, lo atrapó algo del sueño matutino que le fue interrumpido. Recostó la cabeza sobre su hombro derecho, y abrazó sus piernas para mantener el calor, mientras lentamente se dejaba llevar. Una espalda.
Solo podía enfocar aquella espalda, que avanzaba a ritmo apresurado. Mientras caminaba, se arremangaba las mangas de la camisa, al parecer tenía prisa por hacer algo. Se agachaba. Tomaba un pequeño gorro de una bolsa, y se volteaba con una sonrisa liviana. Sin embargo, solo podía enfocar la sonrisa.
Pero tan pronto apareció, la sonrisa se deformó, abriendo la boca de par en par y liberando un alarido. Abrió los ojos de golpe, y miró su alrededor. El alarido continuaba, no lo había soñado. Agudizó el oído, y no tardó en darse cuenta de que quién gritaba con desesperación no era otro sino Yao. Le entraron unas ganas tremendas de gritar para preguntarle su paradero, pero podía ser peligroso. No sabía por qué estaba gritando, quizá alguien le había armado una emboscada, y si gritaba, solo empeoraría la situación. Apretó los puños, y corrió con dificultad, siguiendo el origen de la voz.
Aunque los alaridos habían cesado, recordaba perfectamente de donde provenían. Solo podía estar en aquel claro. Cuando ya estaba cerca de su objetivo, escuchó otro alarido, que confirmaba que su camino estaba bien tomado. Avanzó lo más sigilosamente que pudo, en caso de que el chino no estuviese solo.
Al final, solo se encontró con el. No había nadie, solo el pelinegro que lloraba de manera desgarradora. Se le apretó el corazón al verlo, y la culpa se le vino encima por dudar tanto de el previamente. Se sentía un verdadero idiota. Avanzó con el mismo sigilo, apenas haciendo ruido con las botas, y se puso de cuclillas frente a el, para luego rodearlo en un abrazo acogedor.
Lo estrechó contra su pecho, y escondió el rostro en el hombro de este. Sabía que Yao era orgulloso, y si no quería que lo viera así, con el rostro lloroso, lo respetaría, por el momento, solo quería confortarlo. Simplemente, que supiera que estaba con el, y no se iría. Aferró las manos en su espalda, apretando un poco el abrigo del otro. Definitivamente, se quedaría ahí con el, aunque quisiera sacarlo a patadas.
Solo podía enfocar aquella espalda, que avanzaba a ritmo apresurado. Mientras caminaba, se arremangaba las mangas de la camisa, al parecer tenía prisa por hacer algo. Se agachaba. Tomaba un pequeño gorro de una bolsa, y se volteaba con una sonrisa liviana. Sin embargo, solo podía enfocar la sonrisa.
Pero tan pronto apareció, la sonrisa se deformó, abriendo la boca de par en par y liberando un alarido. Abrió los ojos de golpe, y miró su alrededor. El alarido continuaba, no lo había soñado. Agudizó el oído, y no tardó en darse cuenta de que quién gritaba con desesperación no era otro sino Yao. Le entraron unas ganas tremendas de gritar para preguntarle su paradero, pero podía ser peligroso. No sabía por qué estaba gritando, quizá alguien le había armado una emboscada, y si gritaba, solo empeoraría la situación. Apretó los puños, y corrió con dificultad, siguiendo el origen de la voz.
Aunque los alaridos habían cesado, recordaba perfectamente de donde provenían. Solo podía estar en aquel claro. Cuando ya estaba cerca de su objetivo, escuchó otro alarido, que confirmaba que su camino estaba bien tomado. Avanzó lo más sigilosamente que pudo, en caso de que el chino no estuviese solo.
Al final, solo se encontró con el. No había nadie, solo el pelinegro que lloraba de manera desgarradora. Se le apretó el corazón al verlo, y la culpa se le vino encima por dudar tanto de el previamente. Se sentía un verdadero idiota. Avanzó con el mismo sigilo, apenas haciendo ruido con las botas, y se puso de cuclillas frente a el, para luego rodearlo en un abrazo acogedor.
Lo estrechó contra su pecho, y escondió el rostro en el hombro de este. Sabía que Yao era orgulloso, y si no quería que lo viera así, con el rostro lloroso, lo respetaría, por el momento, solo quería confortarlo. Simplemente, que supiera que estaba con el, y no se iría. Aferró las manos en su espalda, apretando un poco el abrigo del otro. Definitivamente, se quedaría ahí con el, aunque quisiera sacarlo a patadas.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
El abrazo le tuvo, en vez de reaccionando para ocultar el rostro, levantando la cara violentamente, para ver quién era quien le abrazaba. Era injusto que los recuerdos fuesen tan reales... Se encontró al ruso, muy cerca, demasiado cerca, y no supo si era real o alguna imagen de quien conocía como Rusia Soviética encontrándolo al borde de la muerte, si las naciones pudieran morir, infestado en guerras civiles antes de ser cubierto por la bandera roja.
Le apartó, enfurecido pero con poca fuerza. Si estuviese en un buen momento, el ruso habría sentido mal el golpe hacia atrás contra la nieve. Pero apenas puro alejarlo, aún le sujetaba de la espalda, y sollozó con fuerza y frustrado por no poder lograr despegarlo, no sabía quien era, no entendía qué pasaba, pero su reacción era huír, moverse hacia atrás, voltearse, gatear hasta conseguir ponerse de pie, y huír. Tal como había hecho cuando el otro se aparecía las primeras veces en el caos de su tierra.
Pero estaba quieto. Pegado al otro, al abrazo de oso que no le dejaba huír. Al volver a mirarle, pensó encontrarse con la mirada fingidamente adorable que le ofrecía una y otra vez unirse a él y su reluciente oposición al capitalismo. Pero de a poco, esa imagen se fue, y encontró una cara tan familiar, tan dolorosamente conocida que le sorprendió acordarse con tanta claridad en vez de este, de un rostro que no había visto hacía años en el ruso.
Tragó apenas, se ahogó en el proceso, y respiró por la boca por la nariz tapada, culpa del llorar. No tenía idea, en sus años de vida, en sus milenios de incontables experiencias, de cómo reaccionar a esa situación. Recordó lejamente que le golpeaban, al llorar, cuando todavía los cuartos se veían enormes y él asumía que seguía siendo un niño.
Los hombres no lloran.
Por ello, hizo su mejor intento en tragarse el llanto, llevando las manos temblorosas al abrigo del ruso, por instinto relajándose en el abrazo, y buscando la temperatura del otro, si bien baja, mejor que la propia.
Le apartó, enfurecido pero con poca fuerza. Si estuviese en un buen momento, el ruso habría sentido mal el golpe hacia atrás contra la nieve. Pero apenas puro alejarlo, aún le sujetaba de la espalda, y sollozó con fuerza y frustrado por no poder lograr despegarlo, no sabía quien era, no entendía qué pasaba, pero su reacción era huír, moverse hacia atrás, voltearse, gatear hasta conseguir ponerse de pie, y huír. Tal como había hecho cuando el otro se aparecía las primeras veces en el caos de su tierra.
Pero estaba quieto. Pegado al otro, al abrazo de oso que no le dejaba huír. Al volver a mirarle, pensó encontrarse con la mirada fingidamente adorable que le ofrecía una y otra vez unirse a él y su reluciente oposición al capitalismo. Pero de a poco, esa imagen se fue, y encontró una cara tan familiar, tan dolorosamente conocida que le sorprendió acordarse con tanta claridad en vez de este, de un rostro que no había visto hacía años en el ruso.
Tragó apenas, se ahogó en el proceso, y respiró por la boca por la nariz tapada, culpa del llorar. No tenía idea, en sus años de vida, en sus milenios de incontables experiencias, de cómo reaccionar a esa situación. Recordó lejamente que le golpeaban, al llorar, cuando todavía los cuartos se veían enormes y él asumía que seguía siendo un niño.
Los hombres no lloran.
Por ello, hizo su mejor intento en tragarse el llanto, llevando las manos temblorosas al abrigo del ruso, por instinto relajándose en el abrazo, y buscando la temperatura del otro, si bien baja, mejor que la propia.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Mantuvo el abrazo a pesar del intento del otro por soltarse. Ya se había propuesto no soltarlo, y lo cumpliría hasta que se calmara. Sus sollozos le eran realmente dolorosos, frustrantes también, ya que no podía hacer más que abrazarlo para consolarlo. Lo rodeó por completo, como si fuera su cáscara, y se mantuvo en silencio mientras percibía el calor de las lágrimas que se acumulaban en su abrigo.
Era todo demasiado frustrante. ¿Por qué era tan difícil para el lidiar con una situación así? El chino siempre supo como calmarlo cuando era pequeño. Y a pesar de ello, no podía hacerlo a la inversa. Apretó los labios, era primera vez que pensaba en devolverle la mano a alguien. Siempre estaba más preocupado de conseguir cosas para el, gente para el, en fin, que todo fuera en beneficio suyo. Pero ahora estaba ahí, haciendo lo posible para estar para Yao.
Quizá era precisamente eso lo que significaba estar casados. Sin embargo, hasta ahora, no lo había visto así. Porque siendo una nación, siempre había que guardar algo de distancia. Nunca se sabía cuando las cosas podían cambiar, y aquello podía traer consecuencias que afectarían a todo el país. Pero, ya llegados a ese punto, no podía retroceder. Lo amaba, lo quería feliz.
Levantó un poco la cabeza, y notando que el otro estaba más tranquilo, presionó suavemente sus labios, partidos por el frío, en su frente, y manteniéndose ahí por un momento. La piel del chino estaba fría, hasta podía percibir leves temblores. Con algo de suerte, podría compartirle algo de su calor, aunque era poco probable en un escenario como ese.
Era todo demasiado frustrante. ¿Por qué era tan difícil para el lidiar con una situación así? El chino siempre supo como calmarlo cuando era pequeño. Y a pesar de ello, no podía hacerlo a la inversa. Apretó los labios, era primera vez que pensaba en devolverle la mano a alguien. Siempre estaba más preocupado de conseguir cosas para el, gente para el, en fin, que todo fuera en beneficio suyo. Pero ahora estaba ahí, haciendo lo posible para estar para Yao.
Quizá era precisamente eso lo que significaba estar casados. Sin embargo, hasta ahora, no lo había visto así. Porque siendo una nación, siempre había que guardar algo de distancia. Nunca se sabía cuando las cosas podían cambiar, y aquello podía traer consecuencias que afectarían a todo el país. Pero, ya llegados a ese punto, no podía retroceder. Lo amaba, lo quería feliz.
Levantó un poco la cabeza, y notando que el otro estaba más tranquilo, presionó suavemente sus labios, partidos por el frío, en su frente, y manteniéndose ahí por un momento. La piel del chino estaba fría, hasta podía percibir leves temblores. Con algo de suerte, podría compartirle algo de su calor, aunque era poco probable en un escenario como ese.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Durante ese rato, se mantuvo quieto, solamente moviéndose por su respiración y por los temblores. Supo que se estaba relajando cuando escuchó sus dientes castañear contra sí mismos, estaba soltándose, dejando de controlar todos sus espasmos y lentamente, dejándose tiritar, dejándose mover con más libertad. Se sintió casi moldearse contra el ruso, apoyando el rostro en el hombro del otro y ocultándolo contra su bufanda. Olía a él.
Aunque seguía llorando, encontró que Iván probó ser una ayuda increíble para su estado, o mejor puesto, ataque. Se concentró en el aroma personal de su bufanda, en apretar su abrigo con las manos. En su respiración calentándole el rostro, y en escuchar de paso la del otro, en el impresionante silencio: Porque sí, estaban en silencio salvo por sus sollozos. Había bajado la presión ya en sus oídos y no escuchaba ni pisadas, ni risas, ni palabras, ni ningún sonido extraño.
Mejor que aferrarse a la nieve, el ruso era un mucho mejor cable a tierra. Y curiosamente, abrazado a él, no tenía un miedo colapsante a que le viera llorar. Siempre esperó que fuese horrible, que alguien le viera así, pero no era peor pánico al que había sentido antes. Suspiró profundamente, dándose cuenta de esto, y decidió hablar, por el bien de su cuerpo y de volver a sentir sus piernas.
"Vámonos de vuelta a casa, Ivan..."
Aunque seguía llorando, encontró que Iván probó ser una ayuda increíble para su estado, o mejor puesto, ataque. Se concentró en el aroma personal de su bufanda, en apretar su abrigo con las manos. En su respiración calentándole el rostro, y en escuchar de paso la del otro, en el impresionante silencio: Porque sí, estaban en silencio salvo por sus sollozos. Había bajado la presión ya en sus oídos y no escuchaba ni pisadas, ni risas, ni palabras, ni ningún sonido extraño.
Mejor que aferrarse a la nieve, el ruso era un mucho mejor cable a tierra. Y curiosamente, abrazado a él, no tenía un miedo colapsante a que le viera llorar. Siempre esperó que fuese horrible, que alguien le viera así, pero no era peor pánico al que había sentido antes. Suspiró profundamente, dándose cuenta de esto, y decidió hablar, por el bien de su cuerpo y de volver a sentir sus piernas.
"Vámonos de vuelta a casa, Ivan..."
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Tensó los músculos al oír su voz, no esperaba que hablara tan pronto, y tan sereno. Suponía entonces que el otro tenía una muy buena capacidad de autocontrol, sin embargo, también le vino la idea de que había presenciado algo que nunca debió haber visto. Que había interrumpido algo parecido a un ritual. Sin embargo, no era el momento para darle vueltas al asunto. Esbozó una leve sonrisa, y asintió, por fin separándose del otro. Se apoyó en sus muslos para ponerse de pie, y luego miró hacia abajo al chino para alargarle una mano.
Ahora recién podía presenciar su rostro con claridad. Ese rostro lloroso, una faceta desconocida hasta entonces. Lo había visto reír, enfadarse, verlo con decepción, también, lo había visto confundido, hasta asustado, pero nunca había visto aquel rostro así. Sintió alegría por una parte, por conocer todas esas facetas, era suficiente para tenerle tranquilo. Sonrió nuevamente, pero esta vez, más relajado, y entreabrió un poco los labios, formando un leve vaho por el frío. "Da...el frío comienza a empeorar, dudo que lo resistas por mucho más tiempo con ese cuerpo tan pequeño." Rió un poco por lo último, aunque más que molestarlo, lo dijo para afirmarle que no le preguntaría qué había pasado, a pesar del berrinche que tenía en la cabeza anteriormente.
Berrinches que no podía evitar, pero que esta vez, le resultaban algo vergonzosos, así que se los guardaría para el, aunque más que eso, trataría de deshacerse de ellos.
Ahora recién podía presenciar su rostro con claridad. Ese rostro lloroso, una faceta desconocida hasta entonces. Lo había visto reír, enfadarse, verlo con decepción, también, lo había visto confundido, hasta asustado, pero nunca había visto aquel rostro así. Sintió alegría por una parte, por conocer todas esas facetas, era suficiente para tenerle tranquilo. Sonrió nuevamente, pero esta vez, más relajado, y entreabrió un poco los labios, formando un leve vaho por el frío. "Da...el frío comienza a empeorar, dudo que lo resistas por mucho más tiempo con ese cuerpo tan pequeño." Rió un poco por lo último, aunque más que molestarlo, lo dijo para afirmarle que no le preguntaría qué había pasado, a pesar del berrinche que tenía en la cabeza anteriormente.
Berrinches que no podía evitar, pero que esta vez, le resultaban algo vergonzosos, así que se los guardaría para el, aunque más que eso, trataría de deshacerse de ellos.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Le vino un escalofrío peor al ver que el ruso se levantaba, pero tenía que ser fuerte, y aguantar. Tenía, de golpe, el impulso de dejarse recostar en la nieve, y quedarse ahí un buen rato, si no fuese porque estaba congelándose. La miraba fijo, de hecho, pero tuvo que luchar contra eso. Era un hombre viejo, ya, y no podía seguir con berrinches, no si el ruso estaba a su lado. Levantó la mirada entonces, y vio la mano del otro, mirando al rostro mientras hablaba.
Pero no, parecía que tan viejo, todavía no lo era. Se sintió ver, sintió al otro mirando sus probablemente hinchados ojos, y en vez de tomarle la mano, se llevó las propias a la cara, restregando con fuerza, tratando de sacar cualquier evidencia del llanto. Tenía tirante la piel, heladísima, y frotó sus ojos con las gruesas mangas aunque doliera, lo que fuera para cambiar su rostro. ¡No podía enfretarlo todavía! Lo sabía, y lo sabía bien, que los hombres no lloraban, y que debía darle verguenza ele stado en que estaba. Ahora que el pánico se había disipado era que se daba cuenta, no estaba en ninguna guerra, no estaba en ningún estado de delirio, estaba llorando.
Por alguna razón, solo pensar en ello le hizo volver a llorar. Se estaba angustiando demasiado para su autocontrol. Aún tratando de empujar lejos las lágrimas con una mano, se afirmó del ruso con la otra, parándose de una vez por todas y retomando el camino, a paso apresurado y torpe, caminando adelante del otro. Le sujetaba la mano, todavía, sintiéndola temblar dentro de la propia y enguantada mano del otro.
"V-Vamos rápido. No pases más frío aquí..." Murmuró, y habría agregado algo más, pero le frustró tremendamente escuchar su propia voz entrecortada. ¡No entendía! Abrazado al otro, todo se había sentido bien, pero apenas notó su mirada... Era como si esperara un golpe, o un reproche, del otro. Ridículo, eso lo sabía, pero era aún más fiel a sus instintos y tradiciones que a la lógica.
Pero no, parecía que tan viejo, todavía no lo era. Se sintió ver, sintió al otro mirando sus probablemente hinchados ojos, y en vez de tomarle la mano, se llevó las propias a la cara, restregando con fuerza, tratando de sacar cualquier evidencia del llanto. Tenía tirante la piel, heladísima, y frotó sus ojos con las gruesas mangas aunque doliera, lo que fuera para cambiar su rostro. ¡No podía enfretarlo todavía! Lo sabía, y lo sabía bien, que los hombres no lloraban, y que debía darle verguenza ele stado en que estaba. Ahora que el pánico se había disipado era que se daba cuenta, no estaba en ninguna guerra, no estaba en ningún estado de delirio, estaba llorando.
Por alguna razón, solo pensar en ello le hizo volver a llorar. Se estaba angustiando demasiado para su autocontrol. Aún tratando de empujar lejos las lágrimas con una mano, se afirmó del ruso con la otra, parándose de una vez por todas y retomando el camino, a paso apresurado y torpe, caminando adelante del otro. Le sujetaba la mano, todavía, sintiéndola temblar dentro de la propia y enguantada mano del otro.
"V-Vamos rápido. No pases más frío aquí..." Murmuró, y habría agregado algo más, pero le frustró tremendamente escuchar su propia voz entrecortada. ¡No entendía! Abrazado al otro, todo se había sentido bien, pero apenas notó su mirada... Era como si esperara un golpe, o un reproche, del otro. Ridículo, eso lo sabía, pero era aún más fiel a sus instintos y tradiciones que a la lógica.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Sus facciones se tensaron al ver al otro volver a llorar. Creía que ya se había calmado, pero al parecer, aún guardaba dolor en su interior. Definitivamente, había interrumpido, y se sentía peor por eso. Solo le estaba haciendo todo más difícil de enfrentar. Hizo una mueca al pensar en ello, pero no reclamó.
Caminó tras de el, obediente. Pero si llegaban a la casa así, probablemente, Yao haría como si nada hubiese pasado, haría la comida, se ocuparía limpiando, o cualquier otra cosa para justificar el no querer platicar. Al pensarlo, se paró en seco, y lo jaló de la mano que le aferraba. En silencio, se acercó, y lo rodeó por la cintura. Sentía que el chino se quebraría, literalmente, en cualquier momento, y quería mantener las piezas juntas, no permitiría que se rompiera.
Lo estrechó, y besó su nuca suavemente. "Nyet. No tengo frío, solo quiero estar contigo...quédate tranquilo, ¿da?." Pronunció, casi en un susurro, y depositó un nuevo beso en el mismo lugar, con cariño, solo para tranquilizarlo.
Caminó tras de el, obediente. Pero si llegaban a la casa así, probablemente, Yao haría como si nada hubiese pasado, haría la comida, se ocuparía limpiando, o cualquier otra cosa para justificar el no querer platicar. Al pensarlo, se paró en seco, y lo jaló de la mano que le aferraba. En silencio, se acercó, y lo rodeó por la cintura. Sentía que el chino se quebraría, literalmente, en cualquier momento, y quería mantener las piezas juntas, no permitiría que se rompiera.
Lo estrechó, y besó su nuca suavemente. "Nyet. No tengo frío, solo quiero estar contigo...quédate tranquilo, ¿da?." Pronunció, casi en un susurro, y depositó un nuevo beso en el mismo lugar, con cariño, solo para tranquilizarlo.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Tiró, insistente, de la mano del otro para que continuaran la marcha, no estaba en situación para hacer fuerza, siquiera, y acabó casi tropezando al ser jalado en el abrazo. Apretó los dientes, evitando un sollozo, y gruñó en oposición al movimiento del otro. ¡Debían entrarse de una vez! ¿Acaso no habían dicho eso? ¿No iban a volver donde no hiciera frío y donde ojalá pudiese pensar en algo más...? Se quedó tieso, mientras bajaba la cabeza para frotarse los ojos nuevamente.
"Yo tengo frío." Murmuró, y trató de soltarse, o de caminar aún con el abrazo del otro. Se le hizo imposible, por supuesto, y dio un suspiro tembloroso por el llanto. "Iván, no... Quiero irme. Q-Quiero volver a casa."
No sabía que cambiaría, pero un té caliente tal vez le haría pensar con más claridad, aunque de solo pensar en tomar té con lo cerrada y apretada que sentía la garganta le daba algo de nauseas. Tragó saliva, y con dificultad pasó, antes de volver casi un bollo en los brazos del otro, se habría hecho bolita, si no hubiese estado de pie. Quería decirle al otro, sinceramente, que le disculpara por verlo en una situación así, pero no lograba escupirlo. Por más que se concentraba, de nuevo, en tranquilizarse, no lograba nada. Tenía al otro como cable a tierra, sí, pero la angustia de estar llorando, en ese estado... ¡No lograba sacársela de encima! Gruñó, una mezcla con un sollozo, y revoleó los pies, un poco, no quería patear al otro. Solo que si seguía así de frustrado, acabaría golpeando y rompiendo una pared nuevamente.
"Yo tengo frío." Murmuró, y trató de soltarse, o de caminar aún con el abrazo del otro. Se le hizo imposible, por supuesto, y dio un suspiro tembloroso por el llanto. "Iván, no... Quiero irme. Q-Quiero volver a casa."
No sabía que cambiaría, pero un té caliente tal vez le haría pensar con más claridad, aunque de solo pensar en tomar té con lo cerrada y apretada que sentía la garganta le daba algo de nauseas. Tragó saliva, y con dificultad pasó, antes de volver casi un bollo en los brazos del otro, se habría hecho bolita, si no hubiese estado de pie. Quería decirle al otro, sinceramente, que le disculpara por verlo en una situación así, pero no lograba escupirlo. Por más que se concentraba, de nuevo, en tranquilizarse, no lograba nada. Tenía al otro como cable a tierra, sí, pero la angustia de estar llorando, en ese estado... ¡No lograba sacársela de encima! Gruñó, una mezcla con un sollozo, y revoleó los pies, un poco, no quería patear al otro. Solo que si seguía así de frustrado, acabaría golpeando y rompiendo una pared nuevamente.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Se resignó. Ya lo había intentado, y no había caso. Lo soltó de una vez, dándole un leve empujón para apartarlo, y se acomodó la bufanda hasta la nariz. Total, no tenía planeado hablarle nada más al otro, no porque estuviera resentido, sino que sería en vano, ya que el chino estaba demasiado inmerso en su situación, y en salir de ella, solo.
Pasó por el lado de la otra nación, y comenzó a caminar a paso apresurado. La casa no estaba lejos, más bien, ya podía verla. Avanzó sin mirar atrás, comprendía que el otro quisiera estar solo, como había pensado antes, solo había interrumpido la intimidad que había buscado el otro. Que fueran pareja, no quería decir que tuvieran que estar siempre pegados, y así siempre había sido con Yao, por lo que no había por qué preocuparse de más. Pero se preocupaba.
Embutió las manos en el abrigo, tentado de voltearse, pero no lo hizo, por más tentado que estaba. A cambio, solo apresuró más aún el paso, con el fin de llegar y llamar a alguien, irse de ahí y dejarle un día solo al otro. Le hacía falta, probablemente, y estando en la misma casa con el no podría quedarse tranquilo. Probablemente iría con Yekaterina, pero ya lo pensaría llegando a casa.
Pasó por el lado de la otra nación, y comenzó a caminar a paso apresurado. La casa no estaba lejos, más bien, ya podía verla. Avanzó sin mirar atrás, comprendía que el otro quisiera estar solo, como había pensado antes, solo había interrumpido la intimidad que había buscado el otro. Que fueran pareja, no quería decir que tuvieran que estar siempre pegados, y así siempre había sido con Yao, por lo que no había por qué preocuparse de más. Pero se preocupaba.
Embutió las manos en el abrigo, tentado de voltearse, pero no lo hizo, por más tentado que estaba. A cambio, solo apresuró más aún el paso, con el fin de llegar y llamar a alguien, irse de ahí y dejarle un día solo al otro. Le hacía falta, probablemente, y estando en la misma casa con el no podría quedarse tranquilo. Probablemente iría con Yekaterina, pero ya lo pensaría llegando a casa.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Se alivió, en cierto sentido, cuando le soltó. Por inercia escondió el rostro nuevamente, mientras se limpiaba las lágrimas con rabia, y entre los dedos vio al ruso pasando junto a él, y alejándose. Alzó la cabeza solo por la confusión, y, efectivamente, Iván se estaba marchando, en dirección a la casa. ¿Le había hecho caso...? ¿Pero por qué de mala manera? Se iba solo y bastante apresurado, como si... no quisiera que lo alcanzara.
"Iván." Llamó, y sintió la voz ínfima, casi ronco. "¡I-Iván!" Trató una vez más, por si el otro se volteaba, pero no supo si era que el ruso no quería oírle o que en serio su voz sonaba tan quebrada como la sentía. Tomó aire, profundamente, y se abrazó por los temblores que sentía. Pensó en alcanzar al otro, quizás pasarlo y llegar antes a la casa, porque no era broma que tenía frío. Y no era broma, tampoco, que no quería que el otro le viera en ese estado. Era una suerte de dilema que le frustraba terriblemente, sin la costumbre a enfrentarlo antes, y la angustia le llevaba al punto donde se enfada. ¡Quería poder irse a la casa, cocinar el desayuno, estar tranquilo y olvidarse del llanto, de una vez por todas!
En vez de seguir al ruso, acabó apoyado en un árbol, en el camino, y acabó golpeándolo, firme, nieve cayendo encima y a su alrededor. Hizo un buen sonido, el golpe, y le dolería la mano, pero apenas, solo por falta de costumbre. Aunque el golpe le distrajo un poco, seguía tenso, y todavía ciego en cuanto a como responder. Estaba perdido, y el orgullo normalmente le dictaría que hacer...
"¡Iván, aru! ¡Vuelve de una vez!" Ahora sí el tono debió alcanzar al otro, al tiempo que se dejaba caer sentado apoyado al tronco, suspirando. Era claro que, viviendo con el otro, el orgullo se le había reducido considerablemente. No podía actuar así, no con el ruso, y mucho menos en la situación en que estaban.
"Iván." Llamó, y sintió la voz ínfima, casi ronco. "¡I-Iván!" Trató una vez más, por si el otro se volteaba, pero no supo si era que el ruso no quería oírle o que en serio su voz sonaba tan quebrada como la sentía. Tomó aire, profundamente, y se abrazó por los temblores que sentía. Pensó en alcanzar al otro, quizás pasarlo y llegar antes a la casa, porque no era broma que tenía frío. Y no era broma, tampoco, que no quería que el otro le viera en ese estado. Era una suerte de dilema que le frustraba terriblemente, sin la costumbre a enfrentarlo antes, y la angustia le llevaba al punto donde se enfada. ¡Quería poder irse a la casa, cocinar el desayuno, estar tranquilo y olvidarse del llanto, de una vez por todas!
En vez de seguir al ruso, acabó apoyado en un árbol, en el camino, y acabó golpeándolo, firme, nieve cayendo encima y a su alrededor. Hizo un buen sonido, el golpe, y le dolería la mano, pero apenas, solo por falta de costumbre. Aunque el golpe le distrajo un poco, seguía tenso, y todavía ciego en cuanto a como responder. Estaba perdido, y el orgullo normalmente le dictaría que hacer...
"¡Iván, aru! ¡Vuelve de una vez!" Ahora sí el tono debió alcanzar al otro, al tiempo que se dejaba caer sentado apoyado al tronco, suspirando. Era claro que, viviendo con el otro, el orgullo se le había reducido considerablemente. No podía actuar así, no con el ruso, y mucho menos en la situación en que estaban.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
Localización : Beijing, China
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Se estremeció por el sonido del golpe, y se paró en seco. Frunció levemente el entrecejo al oír la voz del otro. No había pasado antes por una situación como esa, así que no estaba claro en como reaccionar, y al parecer, hacía todo mal ese día, y aquello lo comenzaba a cansar. ¿Dejarlo solo? Lo intentó ¿estar con el? También lo intentó. Lo único que se le ocurrió fue hallar un punto medio.
Se volteó por sobre el hombro, y sus ojos se ampliaron al ver al otro ahí junto al árbol. Selló los labios en una línea, y caminó de vuelta todo lo que ya había avanzado previamente. Apretó los puños, ya seguro de qué iba a hacer. Caminó hasta quedar frente al chino, y levantó un puño. Echó el puño hacia atrás, en movimiento circular, moviendo un poco el torso, y apuntó hacia el otro, bajando el puño con rapidez.
Y lo que parecía por todas luces ser un golpe, acabó en la mano del ruso alrededor de las caderas del otro, y con ayuda de la mano libre, lo empujó hacia arriba, ubicándolo en el hombro del ruso, bien firme, por si pataleaba. No dijo palabra, ahora las cosas se harían a su manera. Si bien sabía que el otro tenía fuerza, el ruso le ganaba en tamaño y musculatura, y le daba igual recibir unos cuantas patadas si podían salir de esa situación lo antes posible.
Reanudó su camino, a paso rápido, a pesar de tener al otro a cuestas. Así, al menos, nada los detendría de volver al lugar. Mientras, ya veía mentalmente el número de Yeka, hasta el de Natasha si era necesario, aunque probablemente esta le insistiría que se divorciara y se casara con ella. Aunque no hacía falta decir que el ruso preferiría hasta casarse con Mongolia que con Natasha, y eso era ya bastante decir.
Se volteó por sobre el hombro, y sus ojos se ampliaron al ver al otro ahí junto al árbol. Selló los labios en una línea, y caminó de vuelta todo lo que ya había avanzado previamente. Apretó los puños, ya seguro de qué iba a hacer. Caminó hasta quedar frente al chino, y levantó un puño. Echó el puño hacia atrás, en movimiento circular, moviendo un poco el torso, y apuntó hacia el otro, bajando el puño con rapidez.
Y lo que parecía por todas luces ser un golpe, acabó en la mano del ruso alrededor de las caderas del otro, y con ayuda de la mano libre, lo empujó hacia arriba, ubicándolo en el hombro del ruso, bien firme, por si pataleaba. No dijo palabra, ahora las cosas se harían a su manera. Si bien sabía que el otro tenía fuerza, el ruso le ganaba en tamaño y musculatura, y le daba igual recibir unos cuantas patadas si podían salir de esa situación lo antes posible.
Reanudó su camino, a paso rápido, a pesar de tener al otro a cuestas. Así, al menos, nada los detendría de volver al lugar. Mientras, ya veía mentalmente el número de Yeka, hasta el de Natasha si era necesario, aunque probablemente esta le insistiría que se divorciara y se casara con ella. Aunque no hacía falta decir que el ruso preferiría hasta casarse con Mongolia que con Natasha, y eso era ya bastante decir.
Iván Friendless Braginski- Mensajes : 11
Localización : Moscú, Rusia
Re: "Rutinas Entrelazadas" [Friendless;PandaFace]
Por inercia, por reacciones obvias, y porque por un segundo sí pensó que podría ser real, se cubrió la cabeza apenas levantó la mirada hacia el otro. En cierto sentido, sí era probable. Sabía que si él mismo se encontraba con alguien en una situación como la propia, esa habría sido suprimera opción: Entre consolación y regaño, porque era verdad, los hombres no lloran.
De nuevo le pegó fuerte el recordarlo, pero cuando volvió a abrir los ojos, fue porque tenía manos en su cintura y porque su cabeza terminó dando vueltas: Y efectivamente, estaba mirando hacia atrás, casi boca abajo, sobre el hombro del ruso. Se volteó apoyándose en sus hombros lo más que pudo, y solo consiguió dirigir una confundida y algo indignada mirada a su nuca.
"Iván..." Murmuró casi como advertencia, pero ya se estaban moviendo y lo que veía era el lugar del bosque, camino a donde estaban, nuevamente. Curiosamente, no luchó por soltarse. La cabeza le rebotaba un poco, con los pasos del otro, y sí, sentí que tenía que patearlo y soltarse y... y qué, ¿huír? ¿Volver al frío del bosque? ¿Volver a la casa donde de todas formas llegaría Iván, donde se distraería, pero...? Pero daba igual, si se distraía, sabía que solo acumulaba más y más en su interior. Resignado, no le quedaba otra que aguantar.
Se dejó suelto, entonces, escondiendo el rostro entre los brazos mientras se apoyaba en la espalda del otro, lo suficiente para no quedar cabeza-abajo. Por lo menos, y le tranquilizó más de lo que se daba cuenta, que el otro no le veía continuar el llanto así, aunque tal vez uno que otro sollozo pudo darle la pista.
De nuevo le pegó fuerte el recordarlo, pero cuando volvió a abrir los ojos, fue porque tenía manos en su cintura y porque su cabeza terminó dando vueltas: Y efectivamente, estaba mirando hacia atrás, casi boca abajo, sobre el hombro del ruso. Se volteó apoyándose en sus hombros lo más que pudo, y solo consiguió dirigir una confundida y algo indignada mirada a su nuca.
"Iván..." Murmuró casi como advertencia, pero ya se estaban moviendo y lo que veía era el lugar del bosque, camino a donde estaban, nuevamente. Curiosamente, no luchó por soltarse. La cabeza le rebotaba un poco, con los pasos del otro, y sí, sentí que tenía que patearlo y soltarse y... y qué, ¿huír? ¿Volver al frío del bosque? ¿Volver a la casa donde de todas formas llegaría Iván, donde se distraería, pero...? Pero daba igual, si se distraía, sabía que solo acumulaba más y más en su interior. Resignado, no le quedaba otra que aguantar.
Se dejó suelto, entonces, escondiendo el rostro entre los brazos mientras se apoyaba en la espalda del otro, lo suficiente para no quedar cabeza-abajo. Por lo menos, y le tranquilizó más de lo que se daba cuenta, que el otro no le veía continuar el llanto así, aunque tal vez uno que otro sollozo pudo darle la pista.
Yao 'PandaFace' Wang- Mensajes : 35
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Vie Mayo 11, 2012 1:40 am por Arthur 'Bloody' Kirkland
» We Only Just Getting Started {RusEng}{AU}
Jue Mayo 10, 2012 3:58 pm por Arthur 'Bloody' Kirkland
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Miér Mayo 09, 2012 10:09 pm por Vincent van der Berg
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Vie Mar 16, 2012 4:10 pm por Matthew Fluttershy W.
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Dom Mar 04, 2012 10:33 am por Gilbert RDash Beilschmidt