"The family." [Importado de FB][Lukas Bondevik; Hersir]

[Recapitulando, en el siguiente post respondo.]

Søren Hersir Andersen: Camino detrás del noruego a grandes zancadas, frunciendo un poco el ceño por haber sido ignorado(?). "Pensamos que vendría contigo, como siempre andan juntos..." Y luego cayó en que había olvidado llamar a Islandia, debido a que siempre veía como un par infalible a Noruega e Islandia.

Se rascó la barbilla y prefirió adelantarse al telefono antes de que los demás nórdicos le reprocharan el no haber llamado. ¡Pero si el era el rey! Sus vasallos deberían hacer ese tipo de cosas. No perdió más tiempo indignándose, pues nada conseguiría de ello, y llamó al miembro que faltaba, dejando a Lukas con los demás(?).

Lukas Bondevik: Recargó el rostro sobre la palma de su mano, apoyándose sobre la mesa, preguntándose debía mandarle un mensaje de texto a Ice para saber por donde estaba y cuando llegaría. Suecia parecía haber sufrido a Anko un largo rato por como Finlandia le hablaba. Se preguntó cuanto tiempo habrían estado allí antes que él llegara.

Volteo el rostro mirando hacía donde Anko había ido, si mal no recordaba por allí estaba el teléfono, lo que quería decir que "seguramente se olvido de decirle..." Murmuró entre sus dedos antes que Finlandia le diera una cerveza.

Søren Hersir Andersen: Islandia no tardó en contestar, y no muy agradado, aceptó la invitación de todas maneras, a pesar de que seguramente duraría hasta bien entrada la noche. Colgó el teléfono y suspiró aliviado, quería pasar un rato agradable con su familia y no ponerse a discutir por cosas así con ellos, aunque ya podía imaginar la cara de Suecia y Noruega si se daban cuenta de su descuido.

En fin, volvió a su usual sonrisa soberbia pues estaba acostumbrado a no preocuparse demás por aquellos asuntos, pues de todas formas el era el rey y su familia lo tendría que querer incondicionalmente para siempre. (A pesar de las pruebas contundentes con las que podrían argumentar los otros de que no es así.)

Caminó de vuelta a la sala y se acercó a la mesa, posando ambas manos enérgicamente, haciendo gala de su típico buen humor y energía desbordante. "¡Ice olvidó nuestra reunión, pero viene en camino! Pero tranquilos, hay mucha cerveza, además, así podremos pasar más tiempo juntos."

Lukas Bondevik: Jugando con la botella distraidamente, escuchó la explicación del danes, mentalmente confirmando sus sospechas. Ice no solía olvidarse de la reuniones *ellos* solían olvidarse de Ice durante ellas por ley lógica. Suspiró resignado tomando otro sorbo de la cerveza, tenían para rato hasta que la reunión comenzara. Se levantó de su silla, tomando un libro que llevaba consigo y la botella. En lo personal hubiera preferido una taza de café negro, pero para el caso era lo mismo.

Se sentó en uno de los sillones más alejados de la mesa, abriendo el libro en el punto que lo había dejado de leer.

Siguió al noruego con la vista, pensando que seguramente iría a hacer cualquier cosa menos alejarse, luego de la cálida invitación que les había hecho. Frunció los labios, formando un leve puchero y se volteó para ver a los demás, seguramente ya vendría si veía lo bien que lo pasaban.

Sin embargo, había olvidado un pequeño detalle: Suecia y Finlandia no eran los más fáciles de animar, hasta a el le costaba pensar en una estrategia rápida y efectiva.

Al ver a los otros, confirmó lo anterior. Ni siquiera lo miraron, ambos estaban inmersos en sus asuntos, y no caían en cuenta de nada. Frunció el ceño, y dio una nueva palmada a la mesa, para llamarles la información. "¡ Óiganme, esas no son formas de responder al rey! ¡Y tú, Lukas, cierra ese libro y ven aquí, te lo ordeno!" Dijo en tono prepotente, y luego se cruzó de brazos para esperar que los otros reaccionaran de la forma que el quería.

Sonrió confiado, así tenía que ser...de lo contrario se tendrían que enfrentar a la ira del rey.

Para cuando el Danes comenzó a gritar, no había avanzado mucho en su lectura, solo un par de párrafos más allá de donde había dejado el libro cuando decidió que ya era tiempo como para que los demás hubieran llegado a la casa del danes, en el café. Ahora que lo pensaba, si los demás estaban allí desde antes, había sido mala opción. Al menos ahora estaría una hora más cerca de que Ice llegara y de volver a la tranquilidad de su casa.

"Deja de gritar Anko, eres molesto" Fue la única palabra que recibió del noruego. Ni siquiera había levantado la vista o asomado fuera del sillón para responder. Sus ojos seguían yendo de renglón en renglón mientras avanzaba en la historia que leía.

Al igual que el noruego, los demás respondieron con la misma actitud. Más bien, ni se molestaron en responder algo, solo lo ignoraron olímpicamente, como si fuese un mosquito. Frunció el ceño, y decidió ir a insistirle a quien, precisamente, había sido el único en responderle. Se acercó al sillón donde yacía Lukas, y de un solo manotón, le arrebató el libro al cual ponía tanto interés. ´¡Miren que ponerle más interés a un libro apestoso que a mí!´ pensó, mientras veía el libro con desgano.

"Deja de leer mientras te hablan, mal educado." Respondió, tan cortante como el otro en primer lugar. Sonrió de lado, y mantuvo el libro en alto. Sabía que aunque lo intentara, no podría arrebatarselo por la diferencia de alturas, y además, algo que detestaba el danés era perder, y no se lo iba a permitir.

Le revolvió al cabello al noruego, y le indicó con un movimiento de cabeza que fuera a la mesa de estar, con los demás. "No te hará daño una vez al año, ¿no? ¡anda!" Le instó, haciendo gala de su usual buen humor. Pero no descuidó el libro, probablemente se lo quedaría hasta que acabara la reunión, o quizás no.

Había intentado seguir leyendo el libro de todas formas, porque con los siglos estaba acostumbrado a los alaridos de anko en cierto grado, cuando el libro literalmente desapareció de sus manos. Miró hacía arriba con sus profundos ojos, el rostro del danes ocupando gran parte de su visión mientras le decía que dejara de leer, sujetando su libro por encima de su cabeza. No iba a entrar en su juego.

El Troll apareció por encima del asiento mientras que Dinamarca le revolvía el pelo. De un movimiento, cuando este hubo terminado de hablar, la criatura mística le arrebató el libro de las manos, entregándoselo a su dueño, quien lo recibió como si hubiera caído en sus manos mera por casualidad. "Anko debería escucharse a si mismo hablando de modales" se quejó levantándose de su lugar.

Suecia y Finlandia no parecían haberse percatado de lo sucedido entre ellos, podía escucharlos hablar de algo relacionado con Estonia y alguna reunión pasada mientras seguían bebiendo sus cervezas. "Iré a esperar a Ice" Declaró repentinamente buscando su abrigo en el respaldo de la silla, para salir a la calle.