[*]Gettin' used to the idea[*]

Miró la cantidad astronómica de papeleo que los secretarios de gobierno ponían sobre su escritorio con una expresión aburrida. Esto era tarea de Iván, no suya, por que se lo traían a SU despacho? No entendía en lo absoluto... Oh bueno, al parecer distinguir entre rubio y rubio oscuro y rojo y violeta era casi imposible para los humanos, o eso le parecía. Cuando terminaron de traer todo, se puso de pie y simplemente hizo un 'flip' y volteó el escritorio a la mierda, saliendo de su despacho rápidamente antes que putin le encerrase en el sótano de nuevo

Se fue a sentar a la plaza roja a pesar que era de noche, poniéndose a pensar en todos los ... apasionantes líos en los que se había metido en una o dos semanas. Oh bueno, era mejor eso a la oscuridad absoluta del sótano del kremlin donde había estado encerrado desde el 92'

Permanecer encerrado en su casa no era algo que veía como digno, después de todo él no merecía ese trato simplemente por ser la personificación de ese pueblo que se estaba cayendo a pedazos como nunca antes lo había hecho desde hace varios siglos cuando la decadencia abundaba, así como las peligrosas enfermedades que acababan matando a la mayoría de la población. Ignoro las suplicas de los que no tenían nada que ofrecerle y se negaban a ser parte de sus monstruosas torturas y extrañas ideas para 'mejorar'. Meneo la cabeza y la levanto un poco mientras caminaba totalmente erguido y altanero hacía la salida de su vieja casa.

Una sonrisa pequeña y extraña se dibujo en su rostro mientras salía del lugar, la ciudad, aun siendo lugares modernos tenía el clásico toque en el mundo en el que el inglés vivía eternamente. El hedor apenas concebible. Las calles estrechas apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata, las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios a sabanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Cualquiera ya hubiera muerto por la pestilencia de esos lugares tan descuidados, menos él, cuya nariz estaba tan acostumbrada a ese ambiente que solo le recordaba a la enfermedad y a lo glorioso de su vieja casa. Aun cuando apestaba a la madera vieja y enmohecida en su mayor parte, casi siempre esta tenia un olor que le rodeaba, a leche tibia y dulce, a panes recién hechos y una jugosa comida esperando en la vieja mesa; Con las salas debidamente perfumadas y limpias, y los dormitorios -los que no estaban cerrados con candados- debidamente ordenados. A claro, que nadie debía acercarse al sótano, lugar donde solo se podía llegar oler el olor terriblemente penetrante de la sangre coagulada y los cuerpos en descomposición.

Amaba la pestilencia de esa ciudad, le daba el sentimiento de ser mejor que todo aquel ganado humano. El cielo estrellado era lo único bueno que veía de las cosas que aun él dominaba ... podía ver más cosas que su otra parte no podía hacerlo y estaba seguro que si retrocedía en el tiempo en que era un malcriado bastardo producto de invasiones romanas, vería muchas más estrellas en el cielo negro como plumas de cuervos. Pero cuando amaba estar en esa ciudad en decadencia ... tenía cosas que hacer, un lugar especifico el cual visitar por asuntos que eran tan normales pero igualmente extraños y ajenos a él.

Fueron bastantes horas de viaje en el que sentía y maldecía hasta el centro de los huesos el maldito frío que hacía en ese lugar. Solo se le ocurría soltar mil y un maldiciones contra el clima, sin olvidar los más de mil insultos al la persona que se había atrevido a poner su residencia en lugar tan terriblemente frío como ese.

- For all the fucking Gods, for the sake of Lugh, Dagda an Morgana ... ¿Porqué vive en este maldito congelador? - expreso mientras movía su quijada, rechinando los dientes más que de frío. Pateo el asiento viejo de la avioneta y estuvo sin hablar durante el trayecto largo hacía la casa correspondiente de la persona a la cual quería ver.

Los gritos internos de la casa solo le confirmaron que el sujeto no estaba ahí. Volvió a gruñir. No toco la puerta, ¿Para qué? Lo más seguro es que nadie sabría donde se había metido ese pedazo de mastodonte, solo le quedaba buscar y buscar por su propia cuenta por que con esas rabietas, no dejaría que alguien hiciera el trabajo más que él, para esos momentos todos eran unos idiotas que no hacían nada bien aunque nada de aquello fuera culpa de alguien exactamente.

Estaba tan acostumbrado al frío, habiendo tenido que dormir en la nieve tantas veces, en inviernos o simplemente cuando con sus gobernantes fue enviado a conquistar Siberia, un terreno que pode derecho era suyo pero que igualmente era tan.... frío, tan... complicado que simplemente tenia que ir él a reclamarlo

Sacó la petaca y se la llevó a los labios, apenas tomando un sorbo, mirando la gente pasar por la calle apresuradamente, intentando no ser cubiertos por demasiada nieve antes de llegar a sus autos o al transporte publico y dirigirse hacia sus cálidos hogares, con sus familias

gruñó, maldiciendo por lo bajo ante ese pensamiento "grebany Rossii" suspiró, molesto, echándole miradas furibundas a las personas. El no tenía a nadie. Quizás a ciertas naciones, pero la mayoría se sentía tan intimidadas que no le hablaban, o llanamente, le despreciaban. Esos eran casi todos "Ya nenavizhu vas vsekh" rió desquiciadamente, haciendo que muchos se volteasen a verle. "ya nenavizhu vas vsekh, chertovski slabye lyudi!" una mirada de sus ojos rojos y muchos huyeron despavoridos, como si hubieran visto al mismo diablo

"Зима сбежала, суетливо хлопнув дверью, и в душу ломится обманщица весна. нам остается лишь оплакивать потери, и врать себе, что это лето навсегда." tarareó por lo bajo, tomando entremedio algo mas del vodka, tirando la colilla del cigarrillo al piso "В дырявых душах так давно сквозняк и ветер, Как в этой кухне с этой трещиной в стекле. Я ничего не жду, не чувствую, не верю, Только себе, только тебе."

Chasqueo la lengua contra los dientes mientras seguía recitando miles de oraciones y maldiciones hacía el ruso que estaba buscando. ¿Porqué cuando era él quien buscaba al otro le resultaba tan difícil encontrarlo? Esto hacía que sus ganas e ideas de noquearlo a la siguiente vez que fuera a su casa para instalarle un chip de rastreo en la nuca y así, aparte de tenerlo vigilado y de vez en cuando darle algún toque eléctrico sabría donde estaba en cualquier lugar del mundo. No es como si tuviera la necesidad de controlarlo, no, no le interesaba que hiciera, donde y con quien.

Cruzo sus brazos mientras seguía caminando en esa ciudad cubierta de nieve por completo buscando que no se le congelaran los dedos y se le cayeran, aunque había la posibilidad de que por fin pudiera agregar una parte de si mismo /literalmente/ a sus infames platillos - Where in the bloody hell are you? ... - pregunto al aire. Sus ojos iban fijandose en cada detalle de esa ciudad hasta encontrar una figura grande que hacía que las demás personas se alejaran de ella por su imponente presencia, además de ese horrible estilo de cantar. En ese momento sonrió complacido por haber encontrado lo que estaba buscando.

Ahora se dirigía hacía él con una enorme confianza que nadie más tenia en esos momentos, mostrando una sonrisa tan extraña como su misma apariencia y la situación que se daba en esos momentos. Siempre se mostraba confiado cuando andaba por las calles, se podría decir que se le agregaba un poco de altanería y egocentrismo, aunque en esos momentos más bien la pose era de cuando al fin encontraba a una persona que había estado vigilando desde hace tiempo y ahora había decidido llevarsela a su casa para volverla parte de su comida diaria o un experimento - ¿ Donde te habías metido, dear? No sabes cuanto odio el frío de este lugar -

((Hay una cancion que se llama 'Ruthless Deed' de 'The GazettE' que justo la escuchaba al responder esto y me hace pensar en arthur la traduccion(?))

La gente ya ni lo miraba, huía despavorida al oír su voz de tenor con aquel tono casi asesino cantando, esos ojos rojos mirando a todo transeúnte como deseándoles lo peor, eran suficientes para hacer que huyeran "Это парадокс, как они едят лечить, как гнездо дегенерации растворяется, и впадины из внутри своего мозга"

"В другом вихрей, где распад скрыта С какими обмен они будут спокойными кричать, хоронить рано? Это безжалостный свет ла--" alzó la vista, encotnrandose con aquella figura con un rostro de una madre molesta al encontrar a su hijo que había estado vagando por la calle sin su permiso. "Здравствуй, Англия" se puso de pie, sacudiéndose la escarcha que le cubría, y luego se pasó una mano por el cabello, sacudiéndolo "Sentí tu presencia hace rato... que extraño que me hayas visitado"

Era obvio que no estaba ajeno a la presencia del otro dentro de su nación, pero era bastante divertido ver como se las ingeniaba para encontrarlo. Ademas que seguro no tenia ni idea donde vivía "Ven, vamos a mi casa" vivía en las afueras de Moscú en una casa enorme... bastante cuidada por que si estaba algo desgastada, con la nieve se derrumbaría "Se nota te estas congelando"

Se sacó el pesado abrigo que llevaba y se lo puso "Y ni se te ocurra quitártelo-. Vivo lejos de aquí y no tengo ganas de cortarte una mano por que se te congeló del frío" le cerró el abrigo, haciendo que quedase de brazos cruzados pero totalmente cubierto. Luego hizo lo mismo con su ushanka, poniendosela en la cabeza y soltando los laterales y atándolos, cosa que le cubriese bien la cabeza

Prendió un cigarro y le pasó un brazo por los hombros, coaccionándole a caminar por aquellas heladas y nevadas calles "Bueno, ahora si, vamos" el tenia solo un grueso sweater negro de lana y su bufanda puestas, pero no parecía tener frío en lo absoluto, y de hecho era así. Ya no lo sentí. Y no sabía si eso era algo bueno o no.

Sonrió un poco, no de una manera como si estuviera alegre de verlo. Escondió más las manos por el frío que hacía esa noche. Le parecía que había una conexión extraña sobre el frío que había por Rusia cada vez que el otro salía de los escondites donde lo ponían los superiores.

- Tenemos que hablar y hacer algunas negociaciones que quedaron pendientes, Vanya - pronuncio lo ultimo con un poco más de fuerza en la voz. Sabía que le molestaba que le dijeran de esa manera, sobre todo por que no era él y usaba ese nombre para cuando estaba en su forma más vulnerable. Era perfecto para hacerlo rabiar un momento, por que no había cosa más divertida para el inglés que ver a Ivan de esa manera.

Y no, no sabía donde vivía. ¿Para que tomarse la molestia cuando era el otro que le iba a visitar a su casa casi siempre? Era más sencillo y más fácil. En esos momentos solo tenía la idea de hacer cualquier cosa para hacerle enojar como una venganza. Todos saben cuando otra nación entra a su territorio, y el que lo supiera y no se dignara a ir a buscarlo haciendo que, por ende, fuera Arthur quien le buscase, le molestaba tanto más que cuando la camiseta estaba mal colocada y la etiqueta picaba.

Se dispuso a caminar en cuanto el otro señalo que deberían ir a su casa. ¿En serio tenía una? Creía que era más bien de estar encadenado a un sótano como el monstruo que era - Me sorprende que tengas una - Solo quería que se apresurara a caminar para ir al lugar, aunque no esperaba mucho de una persona como la que tenía ahí presente.

El frío misteriosamente se disipo pero esto agrego algo pesado sobre sus hombros y más tarde en su cabeza. Aquel sobrero provoco que los mechones de su cabello en la parte de enfrente le taparan un poco la vista. Su paranoia se activo y no era para menos.

- Ah, ahora eres demasiado caballeroso - escupió las palabras, no las retenía mucho tiempo. Se apego un poco a él solo por que actuaba como un escudo enorme contra el viento frío. Las prendas no eran de su agrado, demasiado oscuras a decir verdad. Claro ese no era el único inconveniente, se sentía pequeño, odiaba eso. Chasqueo la lengua - ¿Y habías dicho que mi casa era un congelador, Sod? -

"hm? que negociaciones?" le miró, sonriendo ampliamente.... si, extraño. Al menos que le mirasen a los ojos y vieran ese color violáceo claro, limpio, casi inocente "Vamos Arthur! dime~!" Iván odiaba que llamasen por ese nombre por que automáticamente llamaban a esa parte tan vulnerable suya que tenia escondida y que casi nadie conocía. Maldito Ingles. Iván por dentro estaba furioso. A menos que el otro pronunciara su nombre, no estaría en control de su cuerpo totalmente de nuevo

"a-ah... lo siento.... Rossiya siempre ha sido así de fría" inconscientemente apretó un poco mas contra sí al otro, caminando a paso mas apurado "hm... 'El' no lo dijo, pero si quieres puedo llevarte en auto." señalo a un gran estacionamiento cerca de allí "Haz subido a un lada alguna vez?" camino hasta allí... y señalo una camioneta enorme, y del bolsillo saco el aparato de la alarma, desactivándola, y luego abriendo la puerta, ayudando al ingles a subir "Aquí hay calefacción" se subió el también y arrancó el motor con fuerza, apretando el acelerador

Ya que estaba.... saco del bolsillo el paquete de cigarros con un encendedor y los tiró por la ventana "Mejor así, no me gusta que arruine mis pulmones" sonrió para si, y luego acomodándose la bufanda con una mano "Estamos cerca, no te preocupes." esperaba que el otro no supiera la forma de quitarle el control. Era divertido poder estar suelto de vez en cuando. Solo estaba así cuando el otro doria y por que le convenía. Oh ivan había sido tan dulce antes.. era una lástima que estuviera tan corrompido ahora

Aparcó frente a una casa enorme, de paneles de madera por fuera y de cemento por dentro, de dos pisos y un garage separado al costado, donde se bajo, apretó una combinación de números y la puerta se abrió, así que condujo hasta adentro, y luego lo cerró "Dobro pozhalovatʹ v mo dom , dorogoy"

Cuando encontraba esa sonrisa en el otro que no era para nada horrible y terrorífica junto al color ligeramente violeta en aquellos ojos que en un principio estaban rojos, sabía que había logrado lo que más enfadaba al ruso. Sacar ese lado 'cuerdo' que aun le quedaba en el interior y del cual adoraba aprovecharse.

Se acurruco contra el otro mientras caminaba por la calle helada buscando más calor y por un momento dejándose consentir por ese lado tan amable del otro. Después de todo, el merecía toda la atención del mundo - ¿Lada? Solo he viajado en carrozas - y viejos autos, adoraba estar en ellos más que en los autos modernos, se sentía más en confianza que en esas monstruosidades modernas. - Ah, ¿Porqué no digo Vanya más seguido? - Se dijo más a si mismo que al otro.

Verlo tan manso le daba cierta satisfacción interna que solo conseguía cuando movía todas las cosas a su favor y nada más a su favor.

Miró a la casa a lo lejos, soltando un pequeño respingo cuando miró bien la construcción. Parecía un bloque enorme más que una casa - Que poca clase ... - dijo a sus adentros. El interior le agradó mucho más que el exterior de la casa, examiandola de manera detallada, husmeando como si fuera la propia - ¿Porqué no vas a sentarte? Iré por té y hablaremos -

"Al fondo del pasillo a la derecha esta la cocina" indicó tranquilamente al inglés, sonriendo "En el primer estante arriba de todo es donde el guarda las hebras de té, toma la que gustes" como estaba cargado con muchísima cantidad de ropa, lo primero que hizo fue sacarle la ushanka y dejarla en el cesto para la ropa húmeda que tenia para cuando volvía del trabajo y estaba cubierto de nieve, y lo mismo hizo con el abrigo, dejando al rubio libre de la camisa de fuerza que había representado hasta esos momentos la gabardina

Ni bien terminó con eso, salió afuera, yendo al cobertizo a buscar madera, trayendo una bolsa al hombro que depositó en la entrada, dentro de la casa, y luego cerró la puerta casi herméticamente para conservar el poco calor que tenia en esos momentos al haber estado los calefactores apagados durante todo el día. Al cerrarla, tomo de nuevo la bolsa y la llevó frente a la chimenea, donde comenzó a acomodar los maderos, apilándolos, y echando alcohol, y prendió un fósforo, haciendo que todo se encendiera. Con el atizador Acomodó la madera que se había desacomodado, pero al menos ya estaba el fuego listo, emanando un calor que comenzaba de a poco a extenderse por la casa y a caldear el ambiente

Se sentó en la alfombra, frente al fuego, y fue ahí cuando oyó una voz molesta llamarme 'Vanya! déjame salir!' oyo en su mente y solo sonrió, negando con la cabeza. Era /su/ oportunidad de conocer al inglés y decidir si era apto para ellos dos o no valía la pena.

Asintió, caminando de pronto como si fuera el dueño de la casa, completamente a sus anchas en señal de la dominación de esos nuevos territorios que le eran presentados - Thank you -moduló justo antes de que se perdiera en el camino. Escurridizo, se deslizo por la cocina, examinando cada detalle con sus ojos azulados de la cocina. Abriendo cajones y puertas de manera innecesaria, solo quería dar un vistazo de todo que lo que podría encontrar en casa ajena.

Encontró una tetera, la lleno de agua y la puso al fuego. Mientras tanto, se asomaba de a poco a ver que era lo que el otro estaba haciendo. Le resultaba divertida la idea de tener ahora a su disposición el lado más 'sensible' de Ivan, si es que podía denominarlo de esa manera.

Encontró galletas junto a fuertes venenos y municiones para armas. Se hecho al bolsillo algunas de esas dos ultimas cosas, tarareando una dulce canción para que el ruido no se escuchara, igualmente, parecía que estaba sirviendo las galletas en un plato. No le debe dar mucha importancia si se llevaba algunas de sus cosas a casa.

Dando vueltas por la cocina, cuando la tetera empezó a hacer aquel sonido que hacía cuando el agua estaba ya hirviendo. Le tomo con cuidado, llevándola a una charola junto a dos tazas de té, el azúcar y el tazón de galletas. Saliendo con cuidado, pensando en si Ivan ya hubiera salido de su trampa mental ... seguramente no o ya hubiera sido decapitado.

- Suggar or cyanide? -

Se puso de pie al verle, tomando la bandeja de sus manos, y depositándola en la mesilla frente a la chimenea "ven, moi angliskii, sientate" se sentó y palmeó el asiento a su lado, observádole fijamente "Quiero preguntarte un par de cosas" se inclinó y se puso tres cucharadas de azúcar en la taza, revolviendo con parsimonia "Se del trato que tienes con 'el" hablaba con cuidado para que no se le escapase su nombre y el otro volviera a tener el control de su cuerpo "Pero sinceramente no entiendo como has aceptado"

Dejó la taza en la mesa y se levanto, abrió a una estantería y sacó una gruesa manta e allí, cubriéndose a si mismo y al ingles con ella, sentándose bien pegado al otro "Estaremos así hasta que esto se caliente bien, esta anocheciendo y la temperatura baja drásticamente" explico despreocupadamente,extendiendo el brazo, tomando su taza y comenzando a beber

"Entiendo los motivos de... el, para hacer todo esto. Está cansado de estar solo. Y tu nos pareces interesante tanto a mi como a el.... así que es bastante obvio por que querríamos que fueras eh..." carraspeo "La madre?" de nuestros hijos. Aunque no estoy realmente de acuerdo que te quedes con uno, pero es un buen precio a pagar por otros, no lo crees?" ya de por sí para el era bastante divertido tener alguien con quien hablar y que supiera como llamarle. Así no tendría que estar encerrado todo el tiempo en aquella prisión mental y relegado nomas a un plano subconsciente del otro que lo dejaba libre nomas cuando Iván dormía

'Por que eres demasiado inocente' se escucho una voz molesta dentro de su cabeza. '¿Y que demonios te importan is negocios, Vanya?' 'Por que es mi cuerpo también' comentó al aire, dentro de su cabeza, respondiéndole al otro ruso que masculló molesto antes de volver a dormirse, dejando otra vez, a vanya completamente a cargo de la situación, sin molestas voces reprochándole cosas

Limpió el suelo enseguida del otro como inercia a temer que el lugar ensucie sus ropas. Sí, a veces su costumbre podían llegar a ser más que un simple roce a lo ridículamente presumido. Con cuidado se sentó cerca del otro con la sonrisa pintada en su rostro, tomando con gran delicadeza a la taza de té en su mano izquierda. Había detectado el suyo desde un principio, bueno, era el único con una pequeña dosis de veneno. Su edulcorante preferido.

De verdad le gustaba más cuando el ruso se comportaba de esa manera, por que adoraba sentir toda la atención sobre él y nada más que él. Mucho más importante el tener la atención de aquel ruso, los ojos que tornaban de rojo como la sangre a un violeta cuando estaba en sus lados más tranquilos. Y aquel segundo color que aparecía en los ojos del otro sería solo admirada por el inglés y nadie más que el inglés.

Agradeció con un susurro el detalle de que lo cubriera con la manta, envolviendose un poco - ¿Así que les parezco interesante, eh~? - una pequeña risa salió de él con ese hecho, siempre imagino que captaba la atención del más alto, pero en su mente siempre fue pensando que era algo así como una presa, no de esa forma. Tomó el rostro de su, ¿Podría decirlo? Prometido, como una caricia ligera - ¿Puedo decirte algo y que ...él, no lo escuche? - No sería tan idiota como para nombrar a Ivan y que salga para arruinarle el momento agradable que pasaba - Quiero tener un hijo, muchos si es posible, para que se expandan con mis ideales. Querer apoderarme de uno en especifico no es para esos motivos -si no le llega a hartar ese crío en cualquier modo- ... quiero uno para brindarle todo de mi y hacerlo perfectamente a mi modo - era un sueño egoísta, claro, pero a sabiendas de que quizá el otro no le deje ni acercarse mucho a sus propios hijos.

Una idea se cruzo en su mente traviesa. Tomó acciones y se acurruco contra el otro como gato que pidiera mimos a su amo, tomando su brazo para pasarlo por sus mismos hombros y mirarlo sonriente.

"Vanya promete no decirle nada!" hizo la señal de la cruz, jurando por rusia que no le diría nada a su contraparte, la cual se quejó, pero le callo y le delegó a lo más profundo para que no oyera, esperando que el inglés hablase "hum... entiendo" asintió, recargándose un poco como haria un gato, en esa mano que acariciaba su pálida mejilla "y no le digas que te conté esto, da?" por un segundo permaneció callado, pensando pero depsues suspiró y habló de nuevo "Él y yo, los dos esperamos que no nos decepciones." se inclinó y casi con timidez, vanya le besó en la comisura de los labios "Tenemos muchas expectativas puestas en tí, angliya"

Parpadeó ligeramente confundido por el hecho de que el otro en vez de alejarle, como estaba esperando, le acercase mas a si, haciendo que pasase el brazo por sus hombros. Era bastante reconfortante el sentirse tan cerca del otro. Solamente había estado así con sus hermanas y un tiempo con Francia durante la época imperial, perro luego había resultado apuñalado por la espalda, cosa que le molestó tanto e él que nunca volvió a dejarle salir, y en cierta forma le comprendía, Vanya era demasiado confiado de la gente, creía demasiado en las buenas intenciones de los demás y olvidaba que casi todos ellos eran pura maldad encarnada

'Podrías dejarme volver de una vez?' comentó la parte normal del ruso a su contraparte inocente la cual suspiró y asintió imperceptiblemente 'Está bien. Pero pórtate bien, Ivan' el otro solo rodó los ojos y el cuerpo cerró los violáceos que tenía, para volver a abrirlos rojos como la sangre, pero no se movió. En cambio, apretó al otro un poco mas contra sí, y se inclinó, apoyando el rostro contra el cabello del inglés, aspirando el suave aroma que encontraba tan adictivo "Me extrañaste? No? lo sabía" dijo con despecho, pero no se apartó aun con eso "Que estuvieron hablando ustedes dos que debieron dejarme afuera?" preguntó seriamente, poniendo una mano en la mejilla de arthur, haciendo que le mirase

Le gustaba estar de esa manera, especialmente por que necesitaba una constante atención como si fuera el centro del universo (y preguntan de donde saco Alfred su personalidad(?)). Aspiró un poco del fuerte aroma que emanaba el otro al mismo tiempo que se llevaba a la boca su taza de té nuevamente a darle un pequeño trago.

No sabría decirlo, pero sabía exactamente cuando Iván dejaba a esa linda forma de actuar suya y entraba en el pedazo de mastodonte que era todos los días sin la necesidad de mirar a sus ojos. Era como dejar de sentirse completamente tranquilo, dejar de estar abrazando a algo que simulaba más un enorme oso de felpa a uno de verdad. Y su sentido debía estar correcto al escuchar la voz mucho más grave del otro y la notable posesividad con la que ahora le apretaba.

- Hello back dear - se relamió los labios al tiempo que tomaba la mano que se aferraba a su rostro, apartandola - Realmente te extrañe, no es divertido el no poder insultarte cuando hablamos, big bag of shit~ - fuera tramposo y todo lo que sea, pero a las promesas con la gente que le caía bien las mantenía en pie hasta que de su cuerpo saliera el ultimo aliento de su vida - I can't say it, it's a secret -