Mon cher frère. [Francis 'Bleu' Bonnefoy - Aliénor Bonnefoy]

Francis Lafayette Bonnefoy Se había dormido en un sillón, y para cuando despertó, por que sintió un peso encima suyo, se encontró con que estaba maniatado y que tenía una venda en los ojos.

Además, sentía un cuerpo encima, y unas manos en su cara. Un cuerpo femenino.

-Qu.. Quién eres- balbuceó, medio atontado aun, pero empezando a alarmarse.

Aliénor Bonnefoy Sin decir una palabra, se apoderó de los labios de su hermano, forzando su camino dentro de la boca del mismo, sin darle muchas opciones. Sis manos estaban ocupadas desabotonando la camisa, pero decidió que mejor dejaran lo que estaban haciendo. Tomo con una el mentón del hombre, frotando un poco la barbilla y levantándola hacía ella antes de separarse.

Estaba satisfecha con el estado de su hermano, hacía tiempo que quería hacer algo así y al verlo dormido en el sillón le fue inútil el intentar resistirse.

Le hubiera dicho que debía adivinar, pero entonces su acento la delataría, así que por el momento solo abriría la boca para besarle.

Francis Lafayette Bonnefoy Frunció el ceño. Su captor sin duda era una mujer, sus manos y labios eran demasiado suaves para ser de un hombre. Además, podía sentir el busto contra su pecho. ¿Sería peligroso?

Se dejó llevar un poco, correspondiendo el beso. Después de todo, no podía hacer mucho más. Suspiró sobre los labios de la misteriosa desconocida y mordió levemente el labio inferior, tirándole con suavidad.

Se separó un poquito -¿Piensas mantenerte en el misterio, Mademoiselle?-

Aliénor Bonnefoy Clavó ligeramente las perfectamente pintadas uñas en el rostro del hombre mientras lo obligaba a asentir con la cabeza para que encontrara la respuesta a su propia pregunta. Se le quedó mirando unos instantes, asegurándose que el mensaje fuera recidivo apropiadamente por él.

Bajó su otra mano para continuar su tarea deshaciéndose de los molestos botones de la camisa, Sabía que era una de marca fina, por lo que no le haría daño, ademas, aun podía contener su emoción ante lo que tenía en vista.

Se relamió los labios sonoramente anticipando lo que disfrutaría esa noche.

Francis Lafayette Bonnefoy ‎-¿Pero por qué?- Preguntó después de un segundo, que le tomó entender que no le iba a contestar. -¿No piensas hablarme? Estoy seguro de que tienes labios.- Murmuró con una sonrisita.

Instintivamente intentó deshacerse de las ataduras de sus manos, tirando. Quería abrazar a la chica, además de sacarse la venda, pero no podía hacer nada en lo absoluto de esa manera. Y la chica estaba desabrochando su camisa.

Se irguió, sin prestar atención a las ataduras que lo tenían sujeto al sillón, logrando que le tiraban de las muñecas, tratando de alcanzar a la chica a ciegas.

Aliénor République Française Bonnefoy Movió su mano con tranquilidad hacía el pecho del francés, tomando uno de los masculinos pezones entre sus uñas antes de pellizcarlo, con una gran sonrisa en su cara. Luego con la mano que aun tenía en el mentón del otro lo sacudió de forma negativa para que entendiera que no debía hacerlo.

Una risita escapo de sus labios, no podía contenerse, esto era demasiado divertido, para ella al menos. No estaba segura que a su hermano le gustara la situación.

Ya se había desecho de todos los botones, lo siguiente sería el pantalón.

Francis Lafayette Bonnefoy Se estremeció cuando sintió los dedos de la dama pellizcando su pezón. Esto ya dejaba de ser un juego. ¿Quién era esa señorita y qué pretendía?.

-Es un poco maleducado que hagas esto, ¿sabes?- le dijo. Tenía la voz un poco ronca, pero trató de no darle importancia. Volvió a tirar de las ataduras, preguntándose si no podría romperlas o desarmarlas.

Lo cierto era que no le gustaba mucho esa situación, puesto que una cosa era el juego, y otra era estar realmente maniatado y completamente sometido por una desconocida.

Aliénor République Française Bonnefoy Hizo una mueca casi infantil al escuchar a su hermano quejándose. Pero contuvo sus ganas de reír. Igualmente le molestó un poco que insistiera en querer deshacerse de las ataduras, sabía que si él tiraba de ellas lo suficiente se desataría. por eso debía actuar rápido.

Volvió a sacudirle el rostro, clavandole las uñas nuevamente en el mentón mientras su mano libre trabajaba liberando al pantalón del cinturón. Una vez que este sedió, se inclino sobre el nuevamente capturando sus labios por un instante mientras su mano se adentraba bajo la ropa de él, asaltando su entrepierna.

Francis Lafayette Bonnefoy Cuando sintió los labios sobre su boca, le correspondió con más ganas que la vez anterior. Se daba cuenta de que estaba tratando de quitarle el pantalón, pero no prestó atención a ello, al menos no hasta que sintió los finos dedos de la mujer rozar su pubis.

Soltó un suspiro, inclinando un poco la cabeza. La punta de su nariz tocó la barbilla de la chica. Francis se movió un poco más hacia adelante y a un lado, alcanzando el cuello y besándolo, con el aroma del perfume invadiendo sus fosas nasales.

Aliénor République Française Bonnefoy Un sonido entre un suspiro y un gemido escapó de la boca de a francesa al sentir los besos que su hermano depositaba sobre su cuello.Por un instante dejó su mano quieta, debido al inesperado asalto. No quería dejarle hacer eso, y sin embargo no encontraba fuerzas dentro de si para negarse a esos mimos, el cuello siempre había sido una zona terriblemente placentera para ella.

Se obligó a si misma a morder el labio inferior sofocando más sonidos que pudieran escapar, mientras su mano volvía a moverse, esta vez sobre el miembro. Sus movimientos eran erráticos, con un pobre ritmo, le costaba mantener la concentración.


Francis Lafayette Bonnefoy La mordió una vez más, un poquito más firmemente, aunque no lo suficiente como para lastimarla, y dejó caer la cabeza hacia atras, cansado de mantener el cuello en tensión.

Tragó saliva y soltó el aire bruscamente cuando los dedos empezaron a rodear su miembro. Tiró un poco más de las amarras, tensando el cuerpo. La soga hizo un ruido amenazante, y Francis se mordió los labios, por que tanto estirar y forcejear le había lastimado las muñecas, haciendo que ahora le ardiera.

Suspiró una vez más, relajando el cuerpo. A pesar de todo, se sentía cada vez más excitado; quizás fuera la situación desconocida y nueva. Bonito juego se había traido esa mujer. En todo caso, todavía no se podía decir que estuviera completamente duro, pero pronto eso cambiaría. La erección estaba a medio camino.

Aliénor République Française Bonnefoy Se separó completamente por un instante, recordando cual era su objetivo. A pesar que no estaba dispuesta a perder esos mimos, debía admitir que la estaban excitando más de lo que le gustaba en su situación.

Movió sus labios hacía el oído de su hermano, mordiendo el lóbulo con sus dientes, solo lo suficientemente fuerte para ser sentido por él. Luego moviéndose solo unos centímetros chasqueo la lengua varias veces en forma de negación. Para que entendiera que no estaba permitido hacer eso nuevamente, lo acompaño con un no tan suave apretón en la punta de su miembro antes de volver a trabajar en el y deslizar su mano aun más abajo, masajeando los testículos mientras seguía sus atenciones en el lóbulo.

Francis Lafayette Bonnefoy Se sintió tentado de volver a morderla cuando al inclinarse ella para morder su oreja, la garganta quedó contra su nariz y mejilla. Sin embargo entendió el mensaje -sobre todo cuando le apretó, provocándole un respingo- y se quedó quieto, casi estático, aunque respirando hondamente por la excitación.

Jadeaba sonoramente, presionando instintivamente su cadera contra la femenina. Tampoco era que pudiera hacer mucho más. A Francis siempre le había gustado guiar y llevar a la gente, sentirse poderoso.

Estando atado se sentía torpe e indefenso, aunque de todas formas completamente lleno de excitación. -Aah...- Murmuró -No me dejaras... Moverme en lo absoluto?-